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El país|Jueves, 10 de enero de 2008

“Buenos Aires no es tu empresa, es del conjunto de los ciudadanos”

Con críticas a Macri y al Sutecba, la CTA y ATE marcharon hasta el gobierno porteño y pidieron la reincorporación de los cesanteados.

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La protesta de ayer incluyó un paro de 24 horas.

En abierto desafío al Ejecutivo porteño y a la cúpula del Sindicato Unico de Trabajadores del Estado de la Ciudad (Sutecba), las seccionales Capital Federal de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) se manifestaron ayer ante la Jefatura de Gobierno. La movilización, que fue acompañada con un paro de 24 horas, trascendió la exigencia por la reincorporación de los más de dos mil empleados despedidos y se amplió en un cuestionamiento de índole político al proyecto macrista: “Acá hay una pulseada entre distintos modelos de ciudad”, aseguró el titular de la CTA-Capital, Fabio Basteiro. Y, como respuesta a la indescifrable acta firmada el martes por funcionarios porteños y dirigentes de Sutecba, que no hace mención clara de los empleados cesanteados, el secretario gremial de la Unión de Trabajadores de la Educación, Eduardo López, denunció la “proscripción” del sindicato y exigió ser convocado a la mesa de negociaciones. Una vez concluido el acto frente al Cabildo, los manifestantes llevaron sus reclamos hasta el edificio del Indec.

Los encendidos discursos comenzaron a las 12.30, justo cuando cesaron las amenazas de lluvia y el calor húmedo volvía a imponerse. Los bombos y redoblantes habían comenzado tiempo antes, mientras aguardaban en el Obelisco a los cinco mil manifestantes que, según los organizadores, concurrieron a la movilización. La asistencia de varias organizaciones barriales y sociales –muchas de ellas kirchneristas– motivó a López a saludar a lo que consideró una muestra de “solidaridad de clase”.

Luego de repasar las principales acciones del primer mes de gestión de Mauricio Macri, en su discurso Basteiro fue severo: “La ciudad de Buenos Aires no es tu empresa, es del conjunto de los ciudadanos”, le advirtió. “Nosotros queremos un Estado que priorice el acceso al trabajo, la vivienda, la educación y la salud. Uno en el que estén incluidos los desempleados, los trabajadores sexuales, los cartoneros”, aseguró, para volver al reclamo inicial de los entre 2300 y 2400 cesanteados y caracterizar a Sutecba como una organización de “corte genuflexo, verticalista y autoritario”.

Ocurre que dentro del conflicto abierto por los empleados despedidos, las organizaciones pertenecientes a la CTA batallan contra el unicato que les niega la representación de los trabajadores. Es por eso que para ellos, uno de los principales objetivos radica en que desde la Jefatura de Gobierno se los invite a la mesa de negociaciones, de la que por ahora están marginados.

Por la mañana, el secretario general adjunto de ATE, Rodolfo Arrechea, se había cruzado en una entrevista radial con el secretario de Gobierno porteño, Marcos Peña. En esa conversación, Peña prometió convocar a ATE si se levantaban las medidas de fuerza. Pero a esa altura el paro ya había comenzado y no hubo vuelta atrás. En el acto nadie hizo mención al hecho, sin embargo el dirigente le dijo luego a Página/12 que hablaron nuevamente, avanzaron poco, y quedaron en volver a hacerlo; contradiciendo de ese modo las declaraciones del propio Macri (ver aparte). Lo cierto es que esa no fue razón para que Arrechea no diera su discurso en el acto del mediodía, en el que saludó la libre elección de la obra social por parte de los trabajadores y exigió la libertad sindical. Incluso se atrevió a reclamar un aumento de 700 pesos para todos los empleados de la ciudad.

Los legisladores porteños Martín Hourest y Liliana Parada y los diputados nacionales Delia Bisutti y Claudio Lozano también se hicieron presentes. Si bien se mantuvieron en silencio en el transcurso del acto principal, Lozano fue el único orador frente al edificio del Indec, donde la marcha concluyó. Allí denostó a Moreno, bregó por un “sistema público y confiable de estadísticas” y aseguró que las cifras actuales ocultan a “no menos de un millón de pobres”.

Informe: Diego González.

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