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El país|Domingo, 20 de enero de 2008
LA ESTRATEGIA DE MACRI PARA IR POR LA PRESIDENCIA EN 2011

El plan PRO de expansión nacional

En marzo el macrismo lanzará un programa para extender su alianza de centroderecha hacia el peronismo no K y partidos provinciales.

Por Werner Pertot
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Macri delegaría las actividades en una mesa nacional y participaría en acciones puntuales.

Pese a las urgencias porteñas, el jefe Mauricio Macri resolvió no descuidar el armado nacional con vistas a la gira electoral que empieza el año que viene y que, para los macristas, termina en Balcarce 50. En marzo, PRO lanzará un plan de expansión a nivel nacional y una renovación completa de autoridades, que estará a cargo de una mesa nacional. El Jefe no estará en el armado diario, pero participará con el conocido recurso de viaje-acto-foto y con algunas reuniones clave. Si bien todavía los contactos no son todo lo fluidos que quisieran, el proyecto es ampliar la alianza de centroderecha hacia el peronismo no kirchnerista y los partidos provinciales que alguna vez integraron la ya olvidada “confederación PRO”. Macri dio el salto en junio del año pasado, cuando se alzó con el 61 por ciento de los votos y conquistó la jefatura de Gobierno porteño que en 2003 le había birlado Aníbal Ibarra. No está en el repertorio del empresario autotitularse como “jefe de la oposición”, pero eso no implica que no tenga claro que compite en la pole-position del 2011 con la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió. Quien salga primero de los dos en las elecciones legislativas de 2009 quedará en un lugar interesante para las próximas elecciones presidenciales.

Los macristas creen que Carrió avanzará con alianzas con sectores del radicalismo a los que PRO hasta ahora no tuvo llegada. El propósito de Macri, en cambio, es seguir sumando por el lado peronista, actuando sobre las divisiones que surjan de la futura interna del PJ. “Lo que nos separa de Carrió es que ella no cree en una alternativa política con parte del peronismo”, reconoció a Página/12 uno de los dirigentes que tallará en el armado nacional. En octubre, la chaqueña se llevó buena parte de los votos que beneficiaron a Macri y dejó a PRO en un vergonzoso sexto lugar en la Ciudad de Buenos Aires.

Para el armado nacional, PRO tendrá desde marzo una mesa directiva a nivel nacional, cuyos nombres no están definidos, pero se sabe que van a estar el jefe del bloque PRO en Diputados, Federico Pinedo, el ex candidato a senador Carlos Melconian y el dirigente bonaerense Francisco De Narváez. También colaborará con el entente el ex gobernador misionero Ramón Puerta, que es amigo personal de Macri. Seguramente, Puerta mantendrá sus contactos por fuera de la mesa de PRO.

La mesa llevará las actividades del armado diario, con la colaboración esporádica de Macri. “No se va a ocupar del armado, pero sí estará presente con visitas, actos y acciones”, explicaban en PRO. La necesidad de renovar las autoridades locales tiene que ver con el más que pobre resultado que obtuvieron en el interior, lo que atribuyen a haber dejado la conducción en manos de dirigentes que no tenían experiencia política y que no consiguieron hacer una construcción seria. “En algunas provincias, sacamos menos del uno por ciento, que es un porcentaje de no representación”, reconocían en PRO.

En el partido de Macri esperan conservar la alianza “con Recrear” (de Ricardo López Murphy, ni se habla de Compromiso para el Cambio) y con los partidos provinciales que los acompañaron en otras oportunidades, como cuando se creó la fallida “Confederación PRO”, un rejunte de agrupaciones provinciales que duró un soplo. La mayoría de estos partidos se dispersó en las últimas elecciones y una buena parte terminó detrás de la candidatura bonzo de Jorge Sobisch.

Los tres dirigentes peronistas –De Narváez, Puerta y Melconian– son aliados estratégicos de PRO para producir un acercamiento con el peronismo disidente. Los candidatos ideales para sumarse a esa alianza son los Rodríguez Saá, aunque la relación está muy verde, como lo demuestra el fracaso de las negociaciones para formar un interbloque único en Diputados. Ayer hubo otra señal del estado de la relación: Alberto Rodríguez Saá invitó a De Narváez y a Jorge Macri, primo de Mauricio, a un acto que hizo en Mar del Plata. Ambos declinaron el convite.

En el entorno de De Narváez indicaron que el ex candidato a gobernador mantendrá una distancia prudencial con ese sector del peronismo. “El acto lo organizaba (Daniel) ‘Chicho’ Basile... Cuanto más lejos de ahí, mejor”, comentaba un allegado al empresario. Basile fue, hasta hace poco, el principal operador de Eduardo Duhalde, quien mantiene todavía cierto perfil bajo, pese a su anunciado retorno a la política.

Además de los Rodríguez Saá, en PRO consideran que pueden sumar a algunos de los peronistas que estuvieron detrás de la candidatura de Roberto Lavagna. “Hay una sensación mutua de amistad con las diversas vertientes del peronismo no kirchnerista. Pero creo que tienen que definir qué van a hacer con la normalización del PJ”, explicaba un dirigente de PRO. Para ir por los pesos pesados del peronismo, consideran que habrá que esperar todavía un año. “Los Reutemann y los De la Sota se nos acercarán después del 2009”, estimaban. Por ahora, el diálogo con ambos se restringe a segundas líneas.

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