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El país|Miércoles, 30 de enero de 2008
WAYNE SE REUNIO CON ALBERTO FERNANDEZ Y MAÑANA VERA A LA PRESIDENTA

Yo pisaré la Rosada nuevamente

El embajador de Estados Unidos estuvo por primera vez en la Casa de Gobierno desde que asumió Cristina Kirchner. La relación bilateral había quedado al borde de la ruptura por la causa Antonini Wilson. Wayne le aseguró a Fernández que el placet de Timerman como embajador en Washington está en pleno trámite.

Por Fernando Cibeira
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El embajador Earl Wayne pidió entrevistarse con Cristina Kirchner y el encuentro le fue concedido para mañana.

El embajador de Estados Unidos, Earl Anthony Wayne, estuvo ayer en la Casa Rosada por primera vez desde que asumió Cristina Fernández de Kirchner. Fue para reunirse con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, donde acordaron que vuelva mañana para entrevistarse con la propia presidenta. Juntos, Cristina Fernández y Wayne oficializarán con una foto la normalización de las relaciones entre ambos países, alteradas desde que el Departamento de Justicia ventilara que uno de los acusados del caso Antonini Wilson había sostenido que los dólares de la valija eran para la campaña de Cristina Kirchner. El mejoramiento del vínculo traerá aparejado hechos concretos: Washington habilitará el otorgamiento del placet al embajador designado, Héctor Timerman, y se reactivarán las gestiones para que visite Buenos Aires el secretario de Asuntos Hemisféricos, Thomas Shannon, quien debía andar por aquí para principios de año. En tanto, Wayne consiguió el visto bueno para volver a sus encuentros con ministros argentinos, una de sus actividades favoritas.

Alberto Fernández nunca cortó del todo la comunicación con la embajada norteamericana. Ni aun después de que la Presidenta calificaba como “operación basura” que su nombre hubiera surgido como si tal cosa en medio de la investigación por el origen y el destino de los 800 mil dólares, ni cuando Néstor Kirchner reclamó “que manden al prófugo”, por Antonini, que había pasado de contrabandista a testigo estrella.

Fue el jefe de Gabinete quien primero recibió la noticia de que en Washington estaban “preocupados” por lo que había trascendido de la causa y que harían lo necesario para que la investigación se condujera de ahí en más por otro camino. Desde entonces, en la Casa Rosada creyeron ver un nuevo tono en las declaraciones de Tom Shannon, la voz del Departamento de Estado para la región. Por ejemplo, resaltan, ahora cada vez que habla del caso Antonini destaca que la valija se descubrió gracias a la acción del gobierno argentino.

Cerca de la Presidenta, cerraban el círculo el viernes pasado con la admisión de culpabilidad del abogado venezolano Moisés Maionica y su declaración acerca de que la valija no era de Antonini sino de otro de los pasajeros de aquel avión alquilado por Enarsa. Según la interpretación del Gobierno, la causa se organizó de manera tal de culpar al ex vicepresidente de la petrolera estatal venezolana Pdvsa, Diego Uzcátegui, supuesto dueño del maletín, quien habría utilizado a Antonini de correo para algún negocio privado. “Es un cambio furibundo”, evaluó el Gobierno la situación en Miami luego de la declaración de Maionica.

Wayne palpó el clima y se comunicó el lunes con Alberto Fernández. El jefe de Gabinete lo recibió ayer por la tarde. El embajador planteó que tenía dificultades para llevar adelante los programas de cooperación que había acordado con los ministerios de Defensa, Justicia y Economía porque se le había vuelto complicado reunirse con los ministros. En su tono diplomático, Wayne escondía una crítica. Es que en aquella álgida primera semana de gestión de Cristina Kirchner, la de los cruces, el gobierno argentino había dispuesto que ningún funcionario podía atender por las suyas al embajador y que todo pedido de Wayne debía ser canalizado a través de la Cancillería. La medida escandalizó a los norteamericanos, que se quejaron públicamente.

“Tenemos particular interés en reestablecer la relación”, le dijo ayer Wayne a Fernández. “Nosotros también, queremos tener un vínculo serio y maduro con Estados Unidos”, le respondió el jefe de Gabinete. Le adelantó que daría las instrucciones para que se reúna cuando lo dispusiera con los ministros. Se puede dar por hecho que cuando se reúna con la Presidenta, Wayne conseguirá eliminar la molesta intermediación de la Cancillería.

El placet de Timerman, hasta ahora en una nebulosa, fue tema de conversación. “El trámite ya se inició. Quédense tranquilos que va a salir en los tiempos normales”, subrayó Wayne.

Otro punto importante del encuentro fueron las causas judiciales sobre el caso Antonini, tanto la que se sigue en Miami como la que tramita en Argentina. “La causa de allá se ordenó. Argentina no aparece más mencionada y quedó circunscripto a un hecho de espionaje de agentes venezolanos en Estados Unidos”, sostenía una fuente de Gobierno.

En el cierre, Wayne deslizó la posibilidad de entrevistarse con la Presidenta. A través del canciller Jorge Taiana le informaron que había sido concedida para mañana a las 19.30. La celeridad es una muestra de que el Gobierno desea también dejar atrás el altercado que significó un dolor de cabeza desde el vamos para la intención de la Presidenta de encabezar una gestión más abierta al mundo. “Wayne vino a tantear, fue como un round de estudio”, evaluaban en Gobierno, que dejaban para mañana el combate de fondo.

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