Duro cruce de Chiche y Graciela Camaño con Adolfo Rodríguez Saá
La primera dama y la ministra de Trabajo metieron ruido en la tendencia del Gobierno a acercarse a Rodríguez Saá.
El candidato no se quedó atrás. Las sospechas del puntano.
Rodríguez Saá hizo pública su alianza con Melchor Posse, homenajeando juntos a Yrigoyen.
Fue en la Recoleta a 72 años del golpe militar del ‘30. Moyano y Palacios, la pata sindical.
Los separan odios reprimidos, ambiciones opuestas y proyectos políticos personales que rara vez son colectivos. De un lado, la ministra de Trabajo, Graciela Camaño, quien no tuvo problemas en distanciarse de Eduardo Duhalde y su progresiva reconciliación con Adolfo Rodríguez Saá. “No tiene la estatura de una persona que pueda conducir los destinos de una nación”, dijo ayer sobre el ex gobernador de San Luis. En la vereda opuesta, el propio Rodríguez Saá, que contestó las críticas con las mismas palabras que le dedicó a Duhalde en su acto del Luna Park: “Son los autores del desastre nacional. Están destruyendo al país, y yo lo estoy reconstruyendo”, afirmó sobre Camaño y Chiche Duhalde, de quien también recibió críticas. Optimista pese a todo, Rodríguez Saá formalizó un acuerdo con el radical Melchor Posse, con quien compartió un homenaje a Hipólito Yrigoyen en el cementerio de la Recoleta.
A las declaraciones de Camaño se sumó la mujer de Duhalde, que salió a defender a su marido (“hay que tener mucho valor, mucho coraje, mucha fuerza y entereza para estar en este lugar en este momento”) y luego, de paso, aprovechó para cargar contra el puntano. “No es cierto que (Rodríguez Saá) se fue porque lo echaron. Estábamos muy contentos con su llegada. Su renuncia fue una sorpresa para todos y un enorme disgusto y enorme angustia para mi esposo (Duhalde) por lo que se venía”, afirmó. Después, cuando le preguntaron si a Rodríguez Saá lo “echaron” del poder, Chiche Duhalde contestó con dureza: “Es lo que él dice, pero la realidad es que la papa que tomó era una papa muy caliente.”
Rodríguez Saá no tardó en responder los cuestionamientos, pero lo hizo sin demasiado entusiasmo. “Creo que está equivocada”, dijo sobre la ministra Camaño, y luego insinuó que la funcionaria tuvo algo que ver con su rápida renuncia a la presidencia: “Sabe los motivos”, fue la expresión que utilizó. “Yo asumí todas las responsabilidades en el momento en que el país estaba al borde de una guerra civil, y dejé un país en paz”, agregó el precandidato del PJ.
Las críticas de Camaño y Chiche no sorprendieron a los allegados de Rodríguez Saá. A la ministra de Trabajo la asocian con su marido, el senador Luis Barrionuevo, a quien consideran el “verdadero jefe de campaña” de José Manuel de la Sota. “Barrionuevo está jugando claramente para De la Sota”, confirmó ayer a Página/12 uno de los miembros del Movimiento Nacional y Popular, la estructura que está armando Rodríguez Saá para llegar a la Rosada. La preferencia de Camaño por el cordobés quedó expuesta en su último reportaje, en el que admitió que la candidatura de De la Sota la “conforma un poco más”.
Más allá de las respuestas de Rodríguez Saá, las declaraciones del tándem Camaño-Chiche no cayeron para nada bien en el entorno del “Adolfo”. Algunos de sus asesores interpretaron esos dichos como un intento de “homogeneizar a la propia tropa”, en referencia a las huestes del PJ bonaerense. Según esa visión, los dichos de las dos mujeres forman parte de un intento de contener a los “cuadros medios” del peronismo bonaerense, que están acercándose a Rodríguez Saá. “Son declaraciones que Duhalde no hace para tratar de preservarse; (Camaño y Chiche) salieron a atacar duramente porque ésa es la concepción de ellos, que es ocupar con un poroto cada casillero de ajedrez. Están preocupados por las reuniones que tuvo el Adolfo con Balestrini y Alak, que están cada vez más cerca de plantear y ver cómo se da un acercamiento político”, argumentó ayer, en diálogo con este diario, uno de los operadores porteños de Rodríguez Saá.
La discusión entre Camaño-Chiche y Rodríguez Saá, que retornó ayer en declaraciones públicas, actualizó una de las polémicas que sigue dividiendo al peronismo desde fines del año pasado. En su momento se conoció como el síndrome “Chapadmalal”, y se trata de aquella confusa serie de episodios que terminó con la renuncia de Rodríguez Saá a la presidencia. En su memorable mensaje por cadena nacional, el entonces presidente responsabilizó a De la Sota y a otros gobernadores por haber regateado apoyo a su gestión. En concreto, los había invitado a una cumbreen Chapadmalal, pero la mayoría ni siquiera apareció. Algunas versiones comentadas en voz baja –nunca confirmadas en público– apuntan hacia Carlos Ruckauf y Juan José Alvarez como los principales responsables del alejamiento de Rodríguez Saá.