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El país|Lunes, 25 de febrero de 2008
HONRO A SU HERMANO Y ANUNCIO REFORMAS EN EL ESTADO Y EN LA ECONOMIA

Raúl Castro asumió el poder en Cuba

Por aclamación después de una maratónica sesión del Congreso cubano, la era de Fidel Castro llegó a su fin con la asunción de su hermano, Raúl, a la presidencia de Cuba. Los principales cargos del gobierno fueron para miembros de la vieja guardia, pero Raúl prometió reformas para mejorar la gestión y la economía.

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Diputados cubanos cantan el himno nacional en la Asamblea Nacional que proclamó presidente a Raúl Castro por unanimidad.

Después de 49 años Fidel Castro dejó la presidencia en Cuba. Luego de que el martes pasado el líder revolucionario rechazara ocupar ese cargo, su hermano Raúl lo reemplazó ayer como jefe del Consejo de Estado y de Ministros. Con traje negro y corbata gris, en lugar del habitual uniforme militar verde oliva, el general del ejército dio un discurso ante la Asamblea Nacional, a la que le pidió permiso para poder consultar a Fidel en materia de defensa, economía y política exterior. “El comandante en jefe de la Revolución Cubana es uno solo, Fidel es Fidel, todos lo sabemos bien”, manifestó entre aplausos. Tras tomar posesión, Raúl destacó la nueva composición del Consejo de Estado, considerado por algunos analistas como una continuidad de la vieja guardia. El nuevo presidente criticó los llamados de la Casa Blanca para acelerar la “transición”, al mismo tiempo que anunció cambios administrativos. “Hoy se requiere una estructura más compacta y funcional, tenemos que hacer más eficiente la gestión de nuestro gobierno”, señaló.

La VII sesión del Congreso unicameral comenzó ayer temprano por la mañana, pero recién a la tarde los 597 diputados presentes se dispusieron a elegir al nuevo presidente del Consejo de Estado. La nominación a favor de Raúl Castro no tuvo oposición, por lo que el presidente del Congreso, Ricardo Alarcón, propuso que la votación se hiciera a mano alzada. La designación de Raúl fue unánime. “Asumo la responsabilidad que se me encomienda con la convicción que he afirmado muchas veces”, exclamó.

Su asunción se produjo luego de que Fidel Castro sacudiera al mundo al anunciar que no estaba dispuesto –por problemas de salud– a mantenerse al frente del gobierno, en una de sus ya habituales reflexiones políticas que publica el diario oficial Granma.

Con la elección de su hermano culmina el proceso de elecciones generales a las que fueron convocados los cubanos en julio de 2007. Fidel no estuvo presente en la sesión de ayer, aunque emitió su voto como diputado desde un lugar no revelado. Pero su espíritu estuvo presente en el discurso de su hermano. “El pueblo continuará su obra cuando ya no esté físicamente, aunque siempre estarán sus ideas”, proclamó el nuevo presidente cubano.

En su primer mensaje como mandatario –hasta ahora y desde julio de 2006 era presidente provisional–, Raúl, de 76 años, respondió a las especulaciones que despertó la semana pasada Estados Unidos sobre el futuro de la isla, tras el paso al costado que dio con 81 años Fidel. “Hemos tomado nota de las declaraciones ofensivas y abiertamente injerencistas del imperio y de algunos de sus más cercanos aliados”, dijo Raúl. Para el nuevo líder, el Departamento de Estado se apresuró a descartar un levantamiento del embargo económico contra Cuba.

Lo más novedoso del discurso de Raúl fue la reestructuración del Estado que anunció. “Hoy se requiere una estructura con menor número de organismos de la Administración Central y una mejor distribución de las funciones que cumple”, indicó. “Lo anterior permitirá reducir la enorme cantidad de reuniones, coordinaciones, permisos, conciliaciones, disposiciones, reglamentos circulares, y contribuirá a concentrar algunas actividades económicas decisivas y a hacer mejor empleo de los cuadros”, explicó.

Además, Raúl prometió algunas reformas económicas, como levantar algunas prohibiciones que afectan a los cubanos. “En las próximas semanas comenzaremos a eliminar las más sencillas, muchas de ellas tuvieron como objetivo evitar el surgimiento de nuevas desigualdades, en un momento de escasez generalizada”, apuntó.

También habló de la nueva composición del Consejo de Estado. “Hay que continuar fortaleciendo la revolución en un momento histórico que exige ser dialécticos y creadores”, destacó.

Desde ayer, José Ramón Machado Ventura, un médico de 77 años, se convirtió en primer vicepresidente del gobierno. Machado es considerado un histórico de la Revolución que tuvo activa participación en la línea política del Partido Comunista. El comandante de la revolución Juan Almeida Bosque, el general del ejército Abelardo Colomé Ibarra y el general de división Julio Casas Regueiro fueron elegidos como vicepresidentes, así como Carlos Lage y Esteban Lazo. Ricardo Alarcón quedó una vez más al frente del Parlamento. La confirmación de la continuidad de Raúl –prevista por los analistas– y la aparición un tanto más sorpresiva de Machado en el segundo cargo en importancia del país demuestran una consolidación de la “vieja guardia” en la conducción política, consideraron observadores políticos.

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