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El país|Sábado, 1 de marzo de 2008
EL EX SUBCOMISARIO PRESO SUMO OTRO DELITO

Patti, procesado por asesino

El juez federal Alberto Suares Araujo procesó al ex policía, preso en Marcos Paz, por el homicidio del militante justicialista Gastón Gonçalves, a quien Patti había amenazado en público. La Justicia ya lo está juzgando por secuestro y torturas.

Por Adriana Meyer
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El ex subcomisario Luis Abelardo Patti está detenido en el penal de Marcos Paz.

La Justicia ya había determinado que Luis Patti secuestró y torturó, ahora estableció que también asesinó. El juez federal Alberto Suares Araujo procesó al represor por el homicidio del militante justicialista Gastón Gonçalves, a quien Patti había amenazado en público. “No son hechos aislados, es una secuencia concatenada, porque la privación ilegal de la libertad termina en el homicidio de Gonçalves, que en el medio sufrió terribles tormentos”, explicó la abogada Ana Oberlin. A fines de noviembre Patti fue a dar al penal de Marcos Paz porque ese magistrado lo procesó por “privación ilegal de la libertad doblemente agravada, imposición de tormentos y allanamientos ilegales”, en los casos de Diego Muniz Barreto, Juan Fernández, Gastón Gonçalves, Carlos Souto, Luis y Guillermo D’Amico y Osvaldo Arriosti. De todos ellos, el cuerpo de Gonçalves es el único que apareció, y es la prueba más contundente de que fue asesinado.

Los últimos cuatro años y medio fueron de enorme lucha para los hijos de Gonçalves, Manuel y Gastón, quienes junto con su abogada recolectaron pruebas para la causa penal y para la impugnación parlamentaria del ex policía. Fue en el Congreso que Hugo Esteban Jaime, pintor y ex militante de la Juventud Peronista, atestiguó que conoció a Gastón José Gonçalves y su compañera Ana María Granada cuando militaban en Garín. “José era mi responsable en el trabajo barrial”, indicó Jaime. “Hice el servicio militar en 1977 y un bombero que los conocía me dijo que habían aparecido cuatro cuerpos en el río Luján, que fueron enterrados como NN en el cementerio de Escobar”, agregó el testigo. Lo habían fusilado y después incinerado. Los familiares del bombero no hicieron ninguna denuncia por temor, pero sí lo hizo una empleada de la municipalidad de Escobar. Fue así que la justicia ordenó la exhumación de esos cuerpos y en 1996 el Equipo Argentino de Antropología Forense logró la identificación. Jaime contó que participó del reconocimiento. “Eran Gonçalves, Wenner, Tomanelli y la doctora Velasco. Wenner tenía una llave de la imprenta similar a la que tenía yo, y un hermano de Tomanelli reconoció sus zapatillas”, afirmó.

En la causa que llevó a Patti a la cárcel hay pruebas sobre sus intentos de impedir el descubrimiento de esos cuerpos en Escobar, donde fue intendente. A la funcionaria que hizo la denuncia le decían que “NN hay en todos lados”. Por eso la Cámara Federal de San Martín le indicó al juez Suares Araujo que considere el posible encubrimiento. Los camaristas de la sala I de San Martín, Juan Lugones, Jorge Eduardo Barral y Hugo Fossati, ratificaron recientemente el procesamiento de Patti, pero revocaron la falta de mérito que el juez había decretado sobre el homicidio de Gonçalves. Por eso esta semana el magistrado revió su posición y lo procesó también por tal delito. “Es la primera vez que lo procesan por homicidio, una figura tan importante del Código Penal, y aunque todos los otros delitos son tremendos esto es muy trascendente y ratifica lo que venimos diciendo: los represores tienen que estar condenados por todos los casos y por todos los hechos”, opinó Oberlin.

En 1974 hubo una reunión de la militancia justicialista para conmemorar la toma de Garín (de julio del 70 que se atribuyen las FAR), en la cual Patti y Gonçalves tuvieron una “acalorada discusión” que terminó con amenazas del entonces policía. “Ya van a ver lo que les pasa”, fue la advertencia que escucharon varios testigos. Dos de ellos fueron Raúl Marciano y su esposa Eva, que tras ser secuestrados estuvieron detenidos en un camión celular. Allí reconocieron por la voz a uno de sus compañeros de militancia, Gastón Gonçalves, quien les aseguró que estaban en la comisaría de Escobar. Los Marciano ya sabían que Gonçalves había sido amenazado por Luis Patti, tal como lo había hecho “permanentemente con otros compañeros”.

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