Estados Unidos le dio ayer una buena noticia a Roberto Lavagna. No fue ninguna medida del gobierno ni mucho menos algún gesto favorable del FMI. Lo que pasó fue que en diciembre hubo deflación. El índice de precios al consumidor de ese país bajó 0,1 por ciento si se excluyen los rubros de alta volatilidad, como los combustibles, y del 0,2 si se los considera para la medición. Lo importante de esa noticia para Argentina es que disminuyen las posibilidades de que la Reserva Federal (banca central estadounidense) vuelva a subir la tasa de interés. En tal caso, el frente externo seguirá favoreciendo al Gobierno en medio del canje de deuda. Mientras más baja sea la tasa estadounidense, más rinden en el mercado los bonos argentinos, lo cual favorece el ingreso de los acreedores al canje. Con respecto a la suerte de la reestructuración, la número dos del Fondo Monetario, Anne Krueger, señaló ayer que todavía “es demasiado pronto para que podamos hacer una evaluación o un comentario sobre el éxito o el fracaso” de la operación. A pesar de las buenas noticias externas, el índice MerVal de acciones líderes de la Bolsa de Buenos Aires cayó 0,6 por ciento, mientras que el dólar cotizó a 2,92/2,96 para la compra y venta, respectivamente.
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