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El país|Miércoles, 11 de enero de 2006

Las empresas de alimentos empezaron a desfilar por Economía

Compañías líderes en productos de consumo masivo iniciaron negociaciones con funcionarios de Economía para definir un nuevo acuerdo. La intención oficial es elevar a 500 los bienes de la canasta rebajada. Y evitar que haya escasez en esos alimentos a precios más bajos.

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El objetivo de Economía es extender el acuerdo de precios a lo largo de todo el año.

El Gobierno dio comienzo ayer con la convocatoria empresa por empresa para acordar una nueva tregua de precios. Tal cual lo previsto, los encuentros empezaron con las compañías alimentarias. Todas de primer nivel. Fueron ArCor, La Serenísima, Molinos Río de la Plata, Quickfood y Granja Tres Arroyos. El objetivo de Felisa Miceli es que cada una de las firmas haga su aporte a una especie de canasta básica en la cual los productos no aumenten los precios en los próximos meses.

En algunas empresas que estuvieron en Economía y que fueron consultadas por Página/12 aclararon que éste fue un contacto inicial y que queda un camino por recorrer hasta llegar a un eventual acuerdo.

La estrategia de negociar empresa por empresa se decidió después de la última reunión con la Copal, la cámara que agrupa a las principales alimentarias. Allí quedó en claro la diversa realidad entre las distintas compañías. Por eso se optó por negociar directamente con aquellas que son consideradas clave en el mercado.

En este primer encuentro, los empresarios escucharon que la intención de Economía viene por partida doble: por un lado, ampliar de 228 a 500 los artículos que integran la lista con las rebajas del 15 por ciento en las cadenas de supermercados. Y, por el otro, mantener estables los precios de los demás productos. En el encuentro con los funcionarios que vienen manejando las negociaciones –Oscar Tangelson, secretario de Política Económica; Lisandro Salas, secretario de Coordinación Técnica, y su segunda, Silvia Canela– quedó en claro que al Gobierno le interesa conformar una amplia canasta básica con la máxima cantidad posible de productos, cuyos precios deberían mantenerse en los próximos meses.

Uno de los puntos a resolver está relacionado con que existe escasez de algunos de los productos de la lista. Los empresarios aseguran que no hay ningún hecho oscuro en el medio y que ese faltante tiene que ver exclusivamente por la gran demanda de los artículos rebajados por parte de los consumidores. Es por este motivo que Economía pretende que en los casos más críticos haya más de una marca en oferta. Cada compañía tendrá que presentar un conjunto de productos para integrar la canasta, ya sea aquellos con la rebaja del 15 por ciento o con aquellos que está dispuesta a no aumentar en los próximos meses.

De parte de los empresarios, una de las mayores preocupaciones fue dejar en claro que rechazaban cualquier intención de que se implemente un control de precios. Por ese motivo, se establecerá que los acuerdos que finalmente se alcancen pueden reverse en cualquier momento.

El Gobierno no se niega a ese pedido. Pero quiere un compromiso de los fabricantes de que serán transparentes. En estos encuentros individuales que empezaron ayer les pedirán que comuniquen los eventuales aumentos que les anuncien los proveedores. Ayer, en un hecho poco común para un mes de enero, un total de 40 empresas líderes del sector de la alimentación se reunieron en el marco de la Copal para evaluar la relación con el Gobierno.

En tanto, la primera cita a nivel individual en el Palacio de Hacienda se organizó con empresas líderes que, además, forman parte de nichos estratégicos del negocio de la alimentación. Mastellone, a través de La Serenísima, con una posición relevante en el mercado interno de las leches. Quickfood también es dueña de una marca emblemática: Paty, con la cual durante el 2005 abasteció al mercado local con 25 millones de hamburguesas mensuales, un 19 por ciento por encima a las ventas del año anterior. Además, la compañía vende cortes de primera calidad de carnes y vegetales supercongelados, salchichas y fiambres. Molinos también se convirtió en un grupo diversificado: vende pastas secas, congelados, aceites, harinas y vinagres. Lo mismo ocurre con ArCor: es el principal productor de golosinas pero también elabora mermeladas (acaba de adquirir La Campagnola), alimentos congelados, aceites, jugos y postres para preparar, conservas de frutas y de vegetales, polentas, harinas de maíz y salsas de tomates. En el caso de Granja Tres Arroyos, el fuerte son los pollos. Este rubro fue uno de los primeros que le dio dolores de cabeza al Gobierno. Pero fue la expansión de la gripe aviaria la que disciplinó el mercado, y el kilo de pollo se vende en los supermercados y carnicerías entre 3,90 y 4 pesos.

Hoy continuarán los contactos con los empresarios. Para esta tarde están citados los representantes de Aceitera General Dehesa (AGD), una agroindustrial líder que exporta el 80 por ciento de su producción. En estos primeros encuentros cara a cara con los empresarios, desde Economía eligieron el bajo perfil. Quieren mantenerlo hasta que se firmen los acuerdos y, mientras, discutir con los hombres de negocios puertas adentro.

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