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El país|Sábado, 8 de diciembre de 2007
JURARON LOS LEGISLADORES

Con el fantasma de Cromañón

Los treinta legisladores porteños electos juraron en el acto que estuvo marcado por la presencia de Aníbal Ibarra y las protestas de los familiares de Cromañón.

Por Santiago Rodríguez
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Ibarra pasó a ocupar una banca del cuerpo que lo destituyó.

Los treinta legisladores porteños electos el pasado 3 de junio juraron ayer en una ceremonia marcada por la presencia de Aníbal Ibarra y la manifestación de los sobrevivientes y familiares de las víctimas de República Cromañón en rechazo a su ingreso en la Legislatura. A pesar de la tensión –que se vio incrementada por la coincidencia con la liberación del gerenciador del boliche de Once, Omar Chabán– todo transcurrió con tranquilidad y el más ovacionado fue el hijo de desaparecidos nacido en la ESMA Juan Cabandié, al jurar “por la Patria, las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo”. Con la incorporación de los nuevos legisladores, el macrismo consolida un dominio en ese ámbito (ver aparte).

La jura de los legisladores porteños concitó más atención que nunca. Por lo general es un acontecimiento que sólo les interesa a los allegados a los protagonistas, pero esta vez fue distinto por lo que significó la vuelta del ex jefe de Gobierno al mismo cuerpo que lo destituyó hace un año y medio y el repudio a su regreso de los sobrevivientes y los familiares de las víctimas de Cromañón.

La ceremonia se realizó en el marco de un amplio operativo de seguridad. La Legislatura amaneció rodeada por un vallado que la policía colocó durante la noche. Los controles para pasar el cerco fueron estrictos y provocaron malestar entre muchos de los que circulaban por la zona por razones laborales.

Fuera del perímetro cercado quedaron los familiares de las víctimas de Cromañón, que hicieron una vigilia desde la noche del jueves en la esquina de Avenida de Mayo y Perú. Allí pusieron sillas de espaldas a la Legislatura en recuerdo de quienes fallecieron como consecuencia del incendio del boliche de Once, el 30 de diciembre de 2004. En cada una pusieron fotos de los muertos y un ramo de flores.

Allí, a 50 metros de la sede del Legislativo porteño, también hicieron oír su voz. “Cuando era legislador no propuso las leyes necesarias”, dijo Clara Barbero sobre Ibarra, mientras que Claudia Madane lo acusó de ser “partícipe de todo lo que pasó” en Cromañón la noche en la que murieron 194 personas. “Es el culpable porque la gente que puso en los cargos no era idónea”, completó Marisa Gómez y lo acusó de “no tener moral” por haberse postulado a una banca en la Legislatura.

Ibarra no se los encontró. Llegó temprano y se instaló en el Hotel Nogaró, ubicado dentro del área vallada y frente a la puerta principal de la Legislatura, por la que ingresó a media mañana.

“La gente decidió que siguiera”, remarcó el ex mandatario porteño en alusión a los votos que recibió el pasado 3 de junio e insistió con el discurso que mantiene desde el día que lo destituyeron: “Acá lo que hubo es que un grupo de legisladores se reunió en un acuerdo político para quedarse con el gobierno de la ciudad”. También señaló que “la política manejó la tragedia para que fuera de esta manera” y denunció que “todavía hay quienes tratan de sacar ventaja de esto. Tiene que haber un límite”.

Del fuerte operativo de seguridad desplegado en la zona, Ibarra aclaró que “lo dispusieron las autoridades de la Legislatura, no tiene que ver conmigo”. “Fue decidida hace seis meses por la Cámara de Casación y la fecha de juramento fue decidida por el macrismo en la Legislatura, así que pregúntenle a ellos, no a mí”, respondió al ser consultado por la coincidencia de su jura con la salida del gerenciador de Cromañón de la cárcel de Marco Paz.

En el recinto, el ex jefe de Gobierno se sentó en una banca cercana a la que ocupó en el momento de su destitución, el 7 de marzo del año pasado. Fue uno de los pocos que juraron solo, a diferencia de los demás, que lo hicieron de a pares o en grupos. Cumplió el trámite a las 12.25 en medio de aplausos y silbidos, rápidamente acallados por sus seguidores.

Los ibarristas fueron a apoyar, además, a Gabriela Alegre y Gonzalo Ruanova. Los familiares de Cromañón también cuestionan su entrada a la Legislatura porque eran funcionarios porteños cuando se incendió el boliche.

La ceremonia fue presidida por el radical de la Coalición Cívica Enrique Olivera. El saliente vicepresidente primero de la Legislatura, Santiago de Estrada, le confió esa tarea por tratarse del legislador de mayor edad.

En mayor o menor medida, todos tuvieron su apoyo dentro del recinto y algunos también fuera: en Julio A. Roca y Bolívar los kirchneristas alentaron a los suyos con banderas y bombos, mientras que en la esquina de Perú militantes del MST animaron la llegada de Patricia Walsh.

“Por los 30 mil desaparecidos y asesinados, por los torturados, por los 196 chicos masacrados en Cromañón y por las luchas justas de los trabajadores que hoy son reprimidas ferozmente”, juró la legisladora de izquierda. En la mano tenía un par de zapatillas que le entregaron familiares de los muertos en ese boliche.

Cabandié se ganó la mayor ovación de todos con su fórmula “por la Patria, por las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo”, que lo recuperaron de manos de sus apropiadores y varias de las cuales fueron a acompañarlo en su jura. Nacido en el mayor centro clandestino de la dictadura militar, Cabandié ingresa en la Legislatura de la mano del kirchnerismo para ocupar el lugar que dejó vacante Ginés González García, que irá a Chile para desempeñarse como embajador argentino.

La jura concluyó sin sobresaltos y el próximo lunes los legisladores entrarán en funciones. Allí estará otra vez Ibarra y habrá que ver qué hacen los familiares de Cromañón que ayer afirmaron: “Vamos a estar siempre presentes para seguir de cerca lo que está haciendo”.


Más control para Macri

El ingreso de los nuevos legisladores le dará a Mauricio Macri mayor control de la Legislatura porteña: el PRO ocupará 28 de las 60 bancas y manejará la administración del cuerpo desde la vicepresidencia primera, un cargo para el cual fue elegido el peronista macrista Diego Santilli. La designación de las nuevas autoridades se produjo tras la jura de los legisladores entrantes en función de un acuerdo político por el cual el kirchnerista Juan Manuel Olmos quedó al frente de la vicepresidencia segunda y Guillermo Smith, de la Coalición Cívica, en la vicepresidencia tercera. El reparto de los cargos respeta la correlación de fuerzas de la nueva Legislatura, donde el kirchnerismo tendrá un bloque de doce miembros y la Coalición Cívica, junto con el socialismo y Autonomía con Igualdad, integrará una bancada con once integrantes. El ibarrismo tendrá, por su parte, cinco bancas y habrá tres bloques unipersonales: MST-Nueva Izquierda; Movimiento por Buenos Aires, y Autodeterminación y Libertad; y Encuentro Progresista.

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