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El país|Domingo, 6 de abril de 2003

Camaradas

Por Horacio Verbitsky
El candidato presidencial Carlos Menem solicitó el voto de los oficiales de las Fuerzas Armadas con la promesa de involucrarlos una vez más en tareas de seguridad interior, subordinados a la política de los Estados Unidos. Una carta dirigida a cada uno de ellos dice que el 27 de abril no sólo elegirán un presidente sino también un comandante en jefe. La mercadería que Menem ofrece a quienes llama camaradas dice que durante su gobierno devolvió “a nuestras Instituciones Fundamentales y Fundacionales la respetabilidad de la que habían sido despojadas por intereses mezquinos, muy ajenos a nuestra formación Sanmartiniana” y que los indultos que firmó “no sólo buscaron cerrar un ciclo de desencuentros, sino devolver a nuestras Fuerzas Armadas el lugar que merecen en la historia de la Patria”. También reivindica la participación de la Armada en la primera guerra del Golfo, que Menem menciona con su nombre publicitario “Tormenta del desierto”. La Argentina, agrega, “encabezó el desfile de las tropas del mundo libre que participaron en el conflicto de Irak”.
Luego de declarar “amor por nuestras Fuerzas Armadas”, Menem recuerda que “senté el precedente de la presencia inexcusable del Comandante en cada ocasión en que fuera posible estar en contacto con mis camaradas” y que en cada viaje que realizó fuera del país se hizo acompañar por uno de los jefes de Estado Mayor. “Y cuando fui al Reino Unido de Gran Bretaña lo hice junto a los cuatro jefes de Estado Mayor, cerrando un conflicto que llevaba mas de 15 años”. Al referirse al futuro, aduce que “es menester repensar la defensa en función de la seguridad continental, en las que habrá que atender novedosas formas de agresión”. Esa es la doctrina del Comando Sur, que a mediano plazo apunta a la militarización de la Triple Frontera. Menem aduce que “concibo a nuestros cuadros como los más capacitados para integrar los Estados Mayores de las Fuerzas Mundiales de Paz y como los más aptos para realizar la labor de planeamiento estratégico y la consecuente asignación de medios y misiones. Pienso, también, en liderar una iniciativa de Defensa y Seguridad regional, colocando a nuestra Nación a la cabeza de la toma de decisiones militares en el subcontinente”. Agrega que “lo haremos, a pesar de que hoy la Argentina se debate en la peor de las crisis de su historia. Porque luego de una década de prosperidad e inserción en el mundo, la mala administración de los recursos del Estado por parte de los funcionarios corruptos e incapaces en algunos casos e ideológicamente vindicativos en otros, nos ha llevado a una situación límite únicamente reversible con desprendimiento, coraje y amor a la Patria”, es decir los valores que, según Menem, “califican la hombría de bien del soldado”.
Menem concluye reafirmando “mi compromiso de siempre” y haciendo saber a sus eventuales votantes armados, “que haber sido vuestro camarada durante mis años de gobierno constituyó para mí un altísimo honor”. Sin ahorrar zalamerías, se despide “con todo mi afecto y admiración”.

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