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El país|Miércoles, 2 de abril de 2008
Las últimas horas de la protesta rural en la localidad entrerriana de Gualeguaychú

Los chacareros en tren de retirada

Los protagonistas del piquete más duro del país empezaron a analizar la posibilidad de terminar con la protesta para sentarse a negociar con el Gobierno. Tomarán la decisión hoy, después del Encuentro Federal Agropecuario.

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Un gendarme observa el paso de un camión por la ruta 14, a la altura del corte de Gualeguaychú.

Desde Gualeguaychú

Después de veinte días de piquete con huelga incluida, comenzaron a aparecer las señales de desgaste: ayer la concurrencia ya no fue la misma de jornadas anteriores y con realismo político, sobre la ruta 14, kilómetro 52, en el más emblemático de los cortes, se comenzó a deslizar la idea de que finalmente hoy, luego del Encuentro Federal Agropecuario con que le responderán a Cristina Fernández de Kirchner, se levantarán las medidas de fuerza para avanzar con una mesa de negociaciones.

“Hay que sentarse, no se puede negociar haciendo paro porque nadie va a dar el brazo a torcer. Acá lo importante es conversar creativa y adultamente. Las medidas hay que levantarlas, pero con certezas de que efectivamente vamos a negociar no sólo las retenciones, sino que vamos a avanzar también sobre los otros sectores”, reflexionaba un productor agropecuario, a la vera de la ruta. Incluso, hasta el duro de Alfredo De Angeli, presidente de la Federación Agraria entrerriana, reconoció que después del acto de mañana evaluarán cómo continuar.

Lo cierto es que hoy, también sobre la ruta 14 –pero el acceso sur de Gualeguaychú– se celebrará un acto que esperan sea multitudinario. La expectativa está depositada en que acudan los representantes de las cuatro entidades empresarias del agro para anunciar nuevos avances en las negociaciones. Lo más probable es que después los bloqueos se levanten.

Todos coincidieron en que no permitirán que nadie “haga banderas políticas” del acto. “Hay que cambiar la metodología porque esto así no lleva a ningún lado. Tenemos que hacer, por ejemplo, una gran movilización como la de mañana, pero en Buenos Aires”, proponía un hombre, disgustado con el mote de “piqueteros” que algunos les endilgan: “Esto es diferente, no es como antes.”

–Pero si esto es un corte de ruta, ¿por qué no hablar de piqueteros? –preguntó este diario.

–Es que acá hay gente que quiere trabajar –buscó diferenciarse.

Aun cuando reconocen su desgaste, los chacareros no ceden en su postura ante el Gobierno. Así lo expresó De Angeli, en su discurso posterior al de Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo. “Cuando había una lucecita para negociar, vuelven a oscurecer todo con esto de cancelar las exportaciones de la carne y de confiscar los containers. Así no Presidenta, usted se tomó 20 días, dio cuatro discursos y no solucionó el problema”, desafió.

Desde Buenos Aires, la mandataria había relacionado el lockout del campo con el golpe de Estado de 1976. A De Angeli no le gustó: “Estamos por un democracia bien entendida. Pero lo de las carnes no es democrático”, graficó. “Viva la democracia, viva la patria, viva el campo”, gritó luego. El dirigente le había recomendado más temprano a la Presidenta que “una vez al mes se tome un mate con un pequeño productor, que la va a asesorar mucho mejor que un intelectual de esos que la rodean”.

Tras el anuncio de las propuestas para el campo que el lunes hizo el Gobierno, los debates entre los ruralistas se alejaron del campo político que tanto los había entusiasmado luego de los cacerolazos urbanos para concentrarse en cuestiones técnicas. La discusión entre las bases ahora se concentra en los mecanismos para que las compensaciones a los pequeños y medianos productores efectivamente vuelvan. “Te corre por izquierda y después se desbanda por derecha. El viejo Perón hacía lo mismo. Yo hace diez días que estoy esperando reintegros, pero la burocracia de siempre hace las cosas complicadas”, decía un hombre, mate en mano, apostado sobre los márgenes de la ruta. Los demás asentían. La papelería, la burocracia y los requisitos eran el eje de las críticas . “El problema es que si no estás inscripto en el registro de operadores de granos los reintegros no vuelven y no dijeron cómo implementarlos”, se quejaba uno. Lo único que rescataban de las medidas anunciadas es el subsidio al flete del NOA y el NEA.

En el transcurso de la jornada, otra vez el punto de mayor conflicto fue con los camioneros. En un principio, no pasarían ni el transporte internacional ni los camiones que llevaran productos agropecuarios o derivados, salvo leche. Pero por la noche, después de trabajosas negociaciones de la Gendarmería, aceptaron que cruzaran 160 camiones para descomprimir la tensión.

A media mañana, los manifestantes deliberaron nuevamente y consensuaron que aquellos que transportaban cítricos también pasaran. Pero la decisión no cayó nada bien entre los otros camioneros, que luego de blasfemar y mostrar ante los medios a un tractor que estaba cosechando soja en el horizonte, se arrojaron sobre la ruta. “Y bueno, que se pudra de una vez, para bien o para mal”, desafió uno. Los demás lo siguieron. “Si quieren pasar que me pisen”, dijo el oficial negociador, pero las cámaras se abalanzaron y, persuasivo, bajó el tono y les dio la razón cuantas veces hizo falta. “Cada vez que hacen esto a mí me traban más”, intentó explicar y se llevó a dos camioneros, que fueron a conversar con los ruralistas. No llegaron a ninguna conclusión, pero el gendarme logró por un rato su objetivo. El camino se despejó. Unas horas más tarde, el acuerdo fue que pasarían de a 10, sin distinciones. Luego fueron 15, y al caer la noche el número trepó a 25.

Informe: Diego González.


Muerte en la ruta

En medio de los piquetes realizados por el campo, una mujer murió anoche atropellada por un micro de larga distancia al descender de un camión brasileño en la ruta 14. Aunque la Gendarmería desvinculó el hecho de la medida de fuerza que los ruralistas de Gualeguaychú protagonizan desde hace días, la Justicia está investigando la posibilidad de que ése haya sido el origen de la tragedia. La fallecida es Prizila Camargo. Se trata de una brasileña de 19 años que decidió bajarse del camión para comprar alimentos en una estación de servicio Petrobras y al hacerlo un ómnibus de la empresa Nuevo Expreso interno 3100 la atropelló, provocándole la muerte. El gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, lamentó el hecho y señaló que “el camión en el que viajaba estaba a sólo un kilómetro o tal vez menos distancia de donde se produce el corte de ruta”.

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