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El país|Miércoles, 4 de junio de 2008
En su discurso en la Conferencia de la FAO, la Presidenta criticó a los pools de siembra

“Una renta inusitada en el mundo actual”

Ante un auditorio de jefes de Estado, Cristina Kirchner aprovechó su participación en la asamblea de la FAO para hablar del conflicto con las entidades agropecuarias. Les apuntó a los pools de siembra como una actividad especulativa.

Por Daniel Miguez
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Cristina Fernández de Kirchner en la FAO, ubicada en un asiento vecino al del anfitrión Silvio Berlusconi.

Desde Roma

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner aprovechó su exposición en la conferencia de la agencia de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) para criticar a los pools de siembra, asociándolos con acciones especulativas. “En mi país, un pequeño ahorrista de 16 mil dólares, que los coloca en un pool de siembra, obtiene una renta en 6 meses del 30 por ciento en dólares. Una renta inusitada en el mundo actual”, lanzó ante un elenco de jefes de Estado y cuando se cumplen 84 días del conflicto del Gobierno con las entidades agropecuarias.

Sexta en el orden de oradores, la Presidenta expuso en la reunión de la FAO dedicada al problema alimentario una preocupación creciente a nivel mundial por la suba de precios, que de seguir así va a condenar al hambre a mucha más gente. Allí dijo algo distintivo respecto de los discursos que la habían precedido que apuntaban a la suba de precios pero también a la necesidad de mayor producción. Tras cuestionar el proteccionismo de los países desarrollados, señaló que el problema no es “solamente de producción de alimentos sino de distribución de esos alimentos”.

“La distribución del ingreso es lo que verdaderamente define la calidad de vida de cada uno de los hombres y mujeres que habitamos este planeta”, dijo. La Presidenta, al relativizar la falta de producción como el rasgo esencial del problema, recordó que “de hecho hoy estamos produciendo un 14 por ciento más de calorías que hace 30 años”. “Creemos entonces –dijo–, que el principal problema no radica solamente en la producción, sino también en un problema de distribución y de acceso de las distintas comunidades, precisamente a precios sustentables de los alimentos.”

También señaló que “la política proteccionista llevada a cabo por los países centrales desde los años ’70 en adelante ha causado un desapoderamiento de parte de los países emergentes de recursos que les son propios. Para que ustedes tengan una idea –argumentó– desde 1970 al año 2006 los países centrales pasaron de ser importadores netos de alimentos de aproximadamente el 16,9 a apenas el 1,4 por ciento”.

La Presidenta también cargó contra los organismos de crédito internacionales que condicionaron a muchos países y rescató el ejemplo que había puesto el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, respecto a que Haití –el país más pobre del continente– fue en el pasado un gran productor de arroz y que el FMI presionó y consiguió que abandone la producción arrocera.

También hizo alusión a uno de los problemas que tiene hoy Argentina, con vínculos decisivos con el lockout que están haciendo los productores agropecuarios: que el mundo de las finanzas haya trasladado su inversiones al campo (y también al petróleo) haciendo subir sus precios a niveles descomunales. “La crisis de las hipotecas ha trasladado fuertes movimientos especulativos al mundo de commodities, no solamente del mundo agrícola sino también del petróleo, y esto causa una acción absolutamente distorsiva en los precios de los mismos.”

En ese sentido puso un ejemplo de cómo rinden los pools de siembra en la Argentina: “En mi país un pequeño ahorrista de 16 mil dólares, que los coloca en un pool de siembra, obtiene una renta en 6 meses del 30 por ciento en dólares. Una renta inusitada en el mundo actual”.

Para la Presidenta las soluciones pasan porque los países desarrollados abandonen sus prácticas proteccionistas, para que el crédito sea orientado a la innovación tecnológica y que los países productores como Argentina no sólo exporten materia prima sino productos agropecuarios industrializados, que además es una veta generadora de empleo.

“En nuestro país hemos llegado casi a los 100 millones de toneladas en materia agrícola, podemos llegar a los 150 millones, pero además queremos agregarle valor también a nuestras materias primas, porque tenemos la experiencia que hemos acumulado desde hace un siglo, y sabemos que solamente el agregar valor a nuestros productos es a lo que hace el desarrollo de nuestros pueblos.” Y señaló, recordando el rol que ahora asume Lula para Brasil, que Argentina fue el granero del mundo y la séptima economía mundial y perdió ese lugar por no ponerle valor agregado a su producción.

Por la tarde, antes de emprender su regreso a Buenos Aires, CFK visitó la comunidad de San Egidio, que los expertos en temas pontificios la consideran la “segunda diplomacia vaticana”, ya que interviene en temas arduos cuando el Vaticano no los quiere asumir oficialmente. Y, como cierre, recibió en la embajada argentina a representantes de organizaciones de derechos humanos (ver aparte).

Por la noche tuvo su última actividad al asistir a una cena ofrecida por el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, a los jefes de Estado que participaron de la reunión de la FAO. Había acabado el día y en la comitiva argentina cerraron filas para no hablar del conflicto con los ruralistas.

La noche del lunes los funcionarios se acostaron aquí sin saber qué habían decidido las cámaras agropecuarias, pero con la esperanza de que levantaran el lockout y volvieran al diálogo. Esperanza que se desmoronó por la mañana cuando se despertaron y leyeron los diarios por Internet. El fastidio con los ruralistas era evidente pero no hubo declaraciones públicas ni off the record. Sólo un diputado integrante de la comitiva, en diálogo con Páginai12, dejó entrever que la decisión de excluir de la medida la interrupción del paso de camiones con carne, en realidad obedece a que deben comercializar ya las vacas, porque si no engordan y pierden valor.

La medida de fuerza de las cámaras agropecuarias, que amenaza con cumplir tres meses, hará que hoy sea la quinta vez que la Presidenta regrese a la Argentina de un viaje oficial para tener que seguir lidiando con el mismo problema.


Reunión con los exiliados

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner pidió “perdón en nombre de todos los argentinos” por “no haber” podido juzgar antes a los represores por violaciones a los derechos humanos. Visiblemente emocionada (hasta se le escapó alguna lágrima), la mandataria pronunció un discurso ante familiares de de-saparecidos y representantes de organismos humanos en la embajada argentina en Italia. “Pido perdón por no haberlo podido hacer antes, porque son más de 30 años y 25 de democracia”, dijo. En la misma línea, aseguró que los tres poderes del Estado tuvieron que “derrumbar” el “muro de la impunidad” para llevar adelante la política de su gestión. A su vez, destacó que la actual situación “permite que quienes violaron masivamente los DD.HH. de los argentinos sean juzgados por jueces de la Constitución y de acuerdo a las leyes de la Constitución, con las garantías y derechos que toda sociedad democrática y civilizada debe a sus ciudadanos”. Asistieron al acto el canciller Jorge Taiana, la diplomática Norma Nascimbene de Dumont, el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, y los legisladores Miguel Pichetto, Silvia Giusti, Agustín Rossi, José María Díaz Bancalari, Ariel Basteiro y Alberto Cantero, y el senador ítalo-argentino Ricardo Merlo.

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