Página/12 :: El país :: Un terreno a buen precio

Los Aman son una familia de comerciantes, viejos vecinos de San Luis y parte de ese extraño universo provincial que no tiene relaciones ni laborales ni sentimentales con los hermanos Alberto y Adolfo Rodríguez Saá. Hasta febrero de 2008 eso estuvo bien, pero a partir de entonces se les convirtió en una gran fuente de problemas: el gobierno decidió construir un nuevo autódromo de Turismo Carretera en Potrero de los Funes, justo en medio de sus tierras.

Los terrenos de los Aman son unas 1200 hectáreas en Potrero de los Funes, una de las zonas de mayor crecimiento turístico e inmobiliario de los últimos años. El viejo Aman, un comerciante de 87 años, compró las tierras hace años como una inversión y se las dejó a sus hijos. En 2001, Juan Carlos Aman, uno de ellos, levantó una casa con pileta en uno de los predios y vivió feliz hasta este año, en que el sueño se le terminó. Un equipo del gobierno provincial le anunció que el nuevo circuito de autos pasaría frente a su tierra y que iban a necesitar su terreno como vía de salida.

“Por supuesto que les dijimos que sí”, dice María Isabel Aman, una de las hermanas. “Sólo les pedimos un terreno similar, en un lugar semejante y una casa como la nuestra, pero jamás respondieron nada.”

Seis meses más tarde, el 15 de agosto, su hermano Juan Carlos recibió una carta documento con la noticia de la expropiación del terreno prevista para el 12 de septiembre, a un valor de un peso el metro cuadrado. Desde ese momento, los Aman salieron a golpear las puertas laberínticas del reino del saaísmo. Acudieron a radios, al diario y hasta los vecinos, aunque muchos de ellos mediante empleo o planes tienen dependencia del Estado provincial. A través de un abogado, finalmente presentaron un amparo y consiguieron evitar el desalojo en septiembre. Pero como la primera carrera de TC será en noviembre y la pista está terminada ellos no saben qué pasará. “Juan está como adorno de torta”, dice María Isabel. “¿Viste cuando vos cortás la torta en porciones y va quedando el redondel del medio para el final? Está así porque el resto se fue yendo.”