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Los legisladores kirchneristas aplaudieron el discurso de la Presidenta y empezaron ahí mismo a diseñar el cronograma del debate parlamentario en la Cámara baja, en busca de la aprobación del proyecto que propone devolver el sistema previsional al Estado. Admiten que la pelea será ardua. Sus aliados más cercanos, entre ellos los radicales K, se alinearon rápidamente detrás de la iniciativa del Gobierno, mientras la oposición mostró criterios divergentes. El radicalismo, el SI, los socialistas y otros bloques menores afirmaron su coincidencia “filosófica” con el proyecto, aunque plantearon condiciones. En tanto, la Coalición Cívica y el macrismo fueron los más duros críticos.
“Estamos recuperando para todos los jubilados un sistema eficiente, justo y solidario. Nos permite despejar el peligro que entraña este otro sistema que se alimenta de la plata de los trabajadores para financiar la rentabilidad de las entidades privadas”, dijo el jefe de los diputados K, Agustín Rossi. Hoy la mesa chica del bloque se reunirá para redondear el cronograma legislativo y la semana que viene se reunirá la Comisión de Previsión para terminar de darle forma al debate.
“Esperamos que la mayoría de los legisladores nos acompañen, especialmente aquellos que nos vienen pidiendo cambios en el sistema previsional”, insistió Rossi. En el bloque se quejan de que la oposición “siempre nos sube la vara y los consensos que reclaman nunca se alcanzan”. Por eso apuntan a cerrar filas en su propia tropa y los aliados.
Desde la UCR, el SI, el PS y algunos monobloques expresaron su respaldo a la eliminación de las AFJP y la vuelta a manos del Estado de todo el sistema previsional, pero pusieron condicionamientos: una larga lista que incluye desde la “intangibilidad” y el “control” sobre los fondos de la Anses hasta la reimplantación de las contribuciones patronales para las grandes empresas a los porcentajes existentes en el ’94.
Los radicales siguieron el discurso presidencial desde la oficina del bloque en el Senado. Los senadores Gerardo Morales y Ernesto Sanz y el diputado Oscar Aguad agradecieron la invitación de la Presidenta al acto de ayer en la Anses, pero desecharon el convite porque se “trataba de un hecho consumado sobre un proyecto que desconocemos”.
“Si es apuro, es caja”, disparó Morales. Reclamó un debate en busca de consensos. “Es muy difícil no coincidir ideológicamente con el mensaje de la Presidenta, en especial para los partidos nacionales y populares como el nuestro”, soltó Sanz y agregó: “La UCR está dispuesta a debatir los cambios en la medida en que se establezca la intangibilidad de los fondos”.
“Espera no desilusionarse como ocurrió con el proyecto de opción previsional y la movilidad de los haberes, dos muy buenos anuncios que se quedaron a mitad de camino”, dijo la diputada del SI María América González. “El PS siempre defendió el sistema de reparto y estuvo en contra de las AFJP en el ’94. Ahora tenemos que ver la letra chica del proyecto, y si garantiza, por ejemplo, los fondos de la Anses”, dijo la presidenta del bloque socialista, Silvia Augsburger.
La CC y el PRO, en cambio, salieron con los tapones de punta. “Está claro que en este escenario el Gobierno tiene la imperiosa necesidad de pagar 20 mil millones de dólares de deuda pública que vencen este año”, sostuvo el lilito Adrián Pérez. El macrista Federico Pinedo se pronunció en el mismo sentido: “Se llevan los ahorros de la gente para pagar deuda externa. La plata no es de las AFJP sino de los que aportaron”.
En el oficialismo, en cambio, miran con entusiasmo las consultas de opinión. “La gente está muy disconforme con las AFJP y espera que el Estado le dé garantías”, dijo a PáginaI12 una encumbrada diputada oficialista. “Esta vez le ganamos la batalla en la opinión pública”, afirmó, convencida de que eso aglutinará a la tropa K.
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