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El país|Miércoles, 18 de noviembre de 2009
En la computadora de Chamorro aparecieron Bartolomé Mitre y Sebastián Forza, entre otros

Un comisario con muchas inquietudes

El peritaje de la PC de Osvaldo Chamorro, hasta ayer jefe de la Policía Metropolitana, sigue dando sorpresas: aparecieron el director del diario La Nación, uno de sus hermanos asesinado y distintos protagonistas de la mafia de los medicamentos.

Por I. H. y R. K.
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Estalló el escándalo de la PM, mientras Mauricio Macri siguió ayer haciendo contactos en Madrid.

La computadora de Osvaldo Chamorro, expulsado ayer de la Policía Metropolitana, reveló que también investigaba, desde la consultora del comisario retirado Jorge Fino Palacios, al director del diario La Nación, Bartolomé Mitre, y a su hermano Luis Emilio Mitre, asesinado el último día de 2005. No sólo eso: hasta el negocio de la efedrina, la mafia de los medicamentos y el triple crimen de General Rodríguez se mezclaron en la trama del espionaje. Aparecieron pedidos de informes financieros sobre Sebastián Forza y un grupo de droguerías implicadas en las investigaciones sobre remedios truchos, entre ellas la famosa droguería San Javier.

Como informó Página/12, la PC de Chamorro fue secuestrada el mes pasado en el allanamiento de una oficina que figuraba como su estudio jurídico y que resultó ser parte de la consultora Security Strategic Consultancy, de Palacios. Una pericia de la Policía Federal detectó que la máquina tenía instalado el sistema de búsqueda de información financiera de la empresa Nosis y que la clave estaba en una carpeta rotulada “Osvaldo”. De entrada los investigadores pudieron saber que había requerido datos sobre varios legisladores porteños de la oposición, sobre el dirigente del sindicato de los empleados municipales Patricio Datarmini y hasta sobre el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta.

Los datos están siendo analizados por el juez Norberto Oyarbide, quien ayer recibió un listado de los informes requeridos desde el año pasado por la consultora de Palacios y que revela que estaba detrás de grandes asuntos de todo tipo, no sólo políticos. El requerimiento de información financiera y crediticia sobre los Mitre es de octubre de 2008. Resulta muy posterior al asesinato de Luis Emilio, ocurrido hace casi ya cuatro años. Se lo encontró en su departamento de Recoleta con una bolsa en la cabeza y la autopsia determinó que fue asesinado por sofocamiento, pero el crimen nunca se esclareció. Todo hace pensar que Chamorro estaría trabajando en cuestiones relacionadas con la herencia y el conflicto que surgió en la familia Mitre después de su muerte. Como en el caso Macri –donde resultó espiado mediante escuchas ilegales el cuñado del jefe de gobierno porteño–, aquella operación de espionaje estaría relacionada con cuestiones de dinero de la interna familiar.

La aparición del nombre de Forza y de varias droguerías entre los que al parecer interesaban a Palacios y Chamorro tendría su lógica. Forza se contactó con el Fino para ofrecerle pruebas –a cambio de dinero– sobre una importante desaparición de medicamentos dentro del Laboratorio Abbott, al que el comisario retirado asesoraba. Según aparece declarado por un testigo en la causa del triple crimen de General Rodríguez, el robo tenía varias aristas: una era el robo interno; otra, un gran tráfico de medicamentos a través de visitadores médicos; y también había un sistema de coimas a médicos. Tras varias reuniones, Palacios derivó a Forza para que hablara con los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia (implicados, igual que Palacios, en el encubrimiento en la investigación del atentado a la AMIA). Al final, el intento de venta de información de Forza se frustró.

Sebastián Forza apareció muerto junto a Damián Ferrón y Leopoldo Bina en el atardecer del 7 de agosto del año pasado. Para el fiscal Juan Bidone toda la trama estaba relacionada con jóvenes empresarios del mundo de los medicamentos truchos que vieron la oportunidad de hacer mucho dinero en forma rápida a través del suministro de efedrina a narcos que usaban esa sustancia para fabricar drogas sintéticas. En la investigación del Triple Crimen surgió el nombre de Martín El Gordo Magallanes, quien tenía una droguería en sociedad con Forza: Seacamp. Magallanes aparecería entre los investigados por Chamorro. Del expediente judicial surge que Magallanes estaba vinculado con el financiamiento de operaciones de la droguería.

Otra de las droguerías de la lista de Chamorro y el Fino es San Javier, del empresario Néstor Lorenzo, de histórica vinculación con el circuito de la mafia de los medicamentos. San Javier cobró notoriedad desde que se conoció su vinculación con la Obra Social Bancaria y otras obras sociales. En los pedidos a Nosis está inclusive Unifarma, también famosa a raíz del Triple Crimen. Cerca de la camioneta incendiada de Damián Ferrón, encontrada el 7 de agosto de 2008 en la calle Bolivia, entre Luis Viale y Galicia, en el barrio Santa Rita de la Capital Federal, se encontraron tres semanas más tarde, en el suelo, 165 chequeras de Unifarma. Esta droguería pertenecía a Ariel Vilán, que se suicidó dias después del Triple Crimen y estaba vinculado con Forza. Otras droguerías en la mira de Palacios y Chamorro son Bisol, Medicar y Drobifarm.

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