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El país|Jueves, 5 de diciembre de 2002

Chiche se peleó con Miranda e hizo temblar a todos en la Rosada

Duhalde había acordado el lunes con el gabinete social bajar el perfil del Operativo Rescate y darles más protagonismo a los gobernadores. Pero ayer su mujer, indignada por algunas afirmaciones periodísticas del tucumano, salió a cruzarlo duramente. Las reacciones del Gobierno. Consecuencias.

Por Diego Schurman
No es la primera vez que pasa. Tiempo atrás Eduardo Duhalde aseguró que la nafta no aumentaría y apenas dos horas después las petroleras anunciaron la suba. Este lunes la consigna fue bajar el perfil del Operativo Rescate, básicamente para no generar cortocircuitos con los gobernadores en tiempos de alianzas políticas. Pero no fue un extraño sino su propia mujer la que hizo temblar ayer a la Casa Rosada al cruzar con dureza a Julio Miranda. “Debió poner el acento en acompañar a la gente”, le reprochó Chiche Duhalde al mandatario tucumano.
El Presidente sabe que una chispa puede encender el fuego en un país arrasado por las desigualdades. Y que por ahora la cruzada oficial contra la mortalidad infantil no encontró el resultado que buscaba. De hecho, la tapa de los diarios atiborradas de chicos desnutridos alumbraron un problema que trasciende las fronteras de Tucumán, poniendo al descubierto las falencias de las autoridades nacionales y locales.
La consigna fue entonces bajar el nivel de exposición y hablar únicamente de cuestiones “técnicas”. El propio Duhalde buscó predicar con el ejemplo al anunciar ayer que “los índices de mortalidad infantil se han detenido”. Sobre Miranda, ni una palabra. Para el Presidente el análisis es lineal: el gobernador representa un voto propio en la controvertida interna justicialista. Lo mejor, entonces, es no molestarlo.
“Nosotros sabemos que resta en lo interno. Pero los periodistas le preguntaron sobre lo que dijo Miranda y qué otra cosa podía decir Chiche si sabe que en Tucumán la gente lo quiere matar”, señalaron a Página/12 muy cerca de la coordinadora de Políticas Sociales.
Miranda aseguró en un reportaje a La Nación que el ex dictador Juan Carlos Onganía, quien gobernó en los ‘60, es el responsable de la mortalidad infantil en su provincia. “Yo no le doy la razón (...) acá ha habido un abandono muy grande”, replicó ayer la mujer del Presidente.
“La idea era no hacer olas, pero Chiche es autónoma. Dice lo que quiere decir, no le podemos poner un bozal”, analizó, con una pizca de resignación y otra de justificación, un miembro del megaoperativo.
Chiche, está claro, no es una integrante cualquiera del gabinete. Por irse de boca –según la versión oficial–, esta semana fue desplazado de su cargo el subsecretario de Seguridad, Carlos Vilas. En cambio, nadie osaría acercar una sugerencia a la primera dama para que hable menos. Se sabe, en el Gobierno nadie le discute a Chiche.
Políticamente la presencia de la funcionaria en Tucumán tuvo un efecto boomerang ya que se terminó “comiendo” a Miranda. Sólo por la gestión de José Pampuro, el gobernador logró zafar la semana pasada aunque finalmente terminará abandonando el poder antes de tiempo.
Pampuro ostenta varios títulos, entre ellos los de médico cirujano y secretario general de la Presidencia. Pero su misión en el Operativo Rescate es apagar los incendios políticos ya que es el encargado de articular las relaciones entre las provincias y la Nación.
Con Chiche desbocada, la tarea será doblemente más difícil.
–La consigna era hablar lo menos posible, y mostrar trabajos en alianzas. De hecho, hoy (por ayer) Chiche está realizando actividades conjuntas con Miranda de tal forma de desechar esa idea de que lo nuestro es una intervención, pese a que ya hay legisladores que la están pidiendo- señaló un ministro que pidió mantenerse en el anonimato.
–¿Y por qué tanta inquietud en el Gobierno? –le preguntó este diario.
–Porque no queremos aparecer como desestabilizadores de los gobiernos provinciales. Pero lo que dijo Miranda fue una animalada y supongo que a Chiche le resultó difícil no diferenciarse.
Públicamente, se buscó bajar el tono de lo que, paradójicamente, hizo mucho ruido en los pasillos de la Casa Rosada y de la Residencia de Olivos, donde Duhalde pasó la mayor parte de su tiempo. “Nosotros nosestamos abocando el cien por ciento al tema social y no intervenimos en cuestiones políticas”, dijo Fernando Gray, vocero de Chiche Duhalde.
Es un verdad a medias. Fue la propia funcionaria quien abrió la posibilidad de competir por la gobernación de Buenos Aires. Y es justamente por eso que todo lo que haga o deshaga también será analizado en dicho contexto. Incluso la decisión poco difundida de recrear el proyecto de las manzaneras en Tucumán.
No lo hará con ese nombre pero tendrá la misma operatividad: formará redes sociales junto a organizaciones no gubernamentales, colegios de medicina, universidades y centros de jubilados, entre otros. “Va a ir todas las semanas a Tucumán hasta el 25 de mayo, cuando Duhalde deje el poder”, reconocieron en sus filas.
Votos
En este punto el gabinete está partido. Hay quienes ven conveniente la incursión de Chiche en la pelea bonaerense. Sostienen que eso “forzaría” a Felipe Solá a acompañar a Carlos Reutemann en una fórmula presidencial.
El gobernador bonaerense por ahora insiste en que lo suyo será revalidar su actual título pero con los votos de la gente. Cuando el lunes, estando en la Capital, el Lole se enteró de esta postura inflexible dijo: “Si yo digo que sí, ¿cómo Felipe no va a decir que sí?”.
De todas formas, un índice de que aún no hay nada definido en el territorio bonaerense es el reciente lanzamiento de Osvaldo Mércuri a la candidatura a gobernador. A pesar de viejas contiendas electorales con el duhaldismo, hoy por hoy difícilmente el titular de la Cámara de Diputados provincial se presente siquiera a discutirle el lugar a Chiche. Se sabe, nadie le discute a Chiche.

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