“La sangre de los caídos no será negociada” es la frase estampada en la bandera que los familiares de los asesinados el 20 de diciembre querían mostrarle a Fernando de la Rúa. Sin saberlo previamente, unos y otros coincidieron ayer en los tribunales de Retiro. El ex presidente estaba citado a indagatoria por el juez Mariano Bergés y se negó a declarar en la causa por irregularidades en la concesión de la autopista Illia, cuando era jefe de Gobierno porteño. Pero burló a manifestantes y cronistas saliendo por otra puerta. En medio de un enorme despliegue de Infantería, María Arena y otros familiares recibieron la promesa de que la jueza María Servini de Cubría los escuchará la semana próxima.