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El país|Viernes, 6 de julio de 2012

Los absueltos

- Eduardo Ruffo. Ex agente civil de inteligencia de la patota en Automotores Orletti, integrante de la banda de Aníbal Gordon, dedicado a los secuestros extorsivos, apropiador de Carla Rutila Artés, a quien sometió a todo tipo de padecimientos desde pequeña. Sara Méndez reconoció a Ruffo como miembro de la banda que el 13 de julio de 1976 entró a su casa y le arrancó de los brazos a su hijo, Simón, de 20 días. En 1999 fue reincorporado a la SIDE, recibía dinero y órdenes del ex jefe de los espías durante el menemismo, Hugo Anzorregui. En teoría, su tarea era vigilar a los otros agentes. “No tengo ningún buen recuerdo de ese hombre”, dijo alguna vez Carla, y definió a su apropiador como un hombre enfermo de los nervios, despiadado, agresivo, muy bebedor y obsesivo por el contacto sexual con ella. Fue detenido en octubre de 2006 mientras caminaba por Barrio Parque. Cumple condena por los crímenes cometidos en Orletti.

- Rubén Franco. Almirante retirado, nacido en Adrogué el 8 de julio de 1927, fue el último jefe de la Marina durante la dictadura. En su condición de integrante de la última Junta Militar, fue acusado como autor mediato por haber declarado la muerte de todos los desaparecidos durante la llamada lucha antisubversiva mediante el llamado Informe Final del 28 de abril de 1983, que no hizo excepción alguna con los niños sustraídos. También habría sido parte del encubrimiento al máximo nivel militar por haber firmado la ley 22.924 denominada luego ley de autoamnistía, por la cual los represores pretendían evitar rendir cuentas ante la Justicia. Cuando fue interrogado afirmó que el genocida Reynaldo Bignone ordenó destruir documentación relacionada con las violaciones a los derechos humanos.

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