“Se ha demostrado en el mundo que conviene apoyar a la denominada ‘pequeña y mediana empresa de base científica’, capaz de una producción más sofisticada, con mayor valor agregado, que genera más riqueza y, por lo tanto, empleo”, señala Mario Albornoz, coordinador de la Red Iberoamericana de Indicadores de Ciencia y Técnica.
Una política efectiva para ese apoyo son “las incubadoras de empresas creadas en las universidades, que incluyen medidas de estímulo para que los graduados o profesores plasmen en nuevas empresas su dominio de conocimientos científico-técnicos especializados –comenta Albornoz–. En la Argentina, la Universidad Nacional del Litoral es muy exitosa en este tipo de iniciativas: muchos empresarios pequeños y medianos de la zona buscan y encuentran apoyo en la universidad”.
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