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El país|Domingo, 15 de marzo de 2015

Familia muy normal

Por Horacio Verbitsky
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Declaraciones de la exposa y de una hermana de Nisman indican que el fiscal compartía negocios y una cuenta bancaria en Nueva York con quien dice haberle prestado el arma del último disparo, Diego Lagomarsino, teóricamente dependiente suyo en la fiscalía con una retribución que envidiaba todo el Ministerio Público. Su abogado Máximo Rosconi lo admite pero dice que no lo declaró en el expediente por cuidar la imagen de San Nisman Mártir. Esa preocupación es muy extendida entre quienes conocieron su vida rumbosa, con bulo en Puerto Madero (“la zona que me escandalizaba en Buenos Aires”, la llamó el austero Papa Francisco, quien la eligió para construir la sede de su Universidad Católica), con nutricionista que se cobraba mediante un contrato en la Unidad Fiscal, a la que renunció en cuanto murió su cliente; carísimo personal trainer, cosmiatra, tours de compras electrónicas compartidos con Lagomarsino, con ingreso de la mercadería sin impuestos; paseos por resorts internacionales con chicas preciosas, alguna contratada como secretaria en la Unidad; mesa propia en la sala vip de puteríos a los que, como declaró un gatito gracioso, asistían señores grandes y chicas jóvenes a las que dejaban pasar sin cobrarles. Nisman nunca le hablaba de cosas personales, claro. Arroyo Salgado no ha tenido más suerte con su nuevo compañero sentimental, Guillermo Alberto Elazar, el hombre del punto negro, un aventurero de negocios cuyas andanzas fueron reveladas en este diario por Mariana Carbajal hace diez años. Elazar fue uno de los okupas de espacio público. Según la crónica de Mariana Carbajal (http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-48136-2005-03-07.html), fue jefe de gabinete del Teatro Colón cuando su director era el economista Pablo Batalla y ambos fueron socios en el boliche Follia, erigido en terrenos del Club Ciudad de Buenos Aires, en Larralde y Libertador, en un distrito de Urbanización Parque que no admite boliches. La concesión sólo contemplaba un restaurante en el que podrían realizarse “bautismos, cumpleaños y casamientos para los afiliados o hijos de los afiliados”. Pero Elazar montó una disco VIP para fiestas de adultos muy lanzados. Escribió Carbajal: “Una entrada independiente del club y la publicidad de la misma disco con modelos ligeras de ropa invitando a su dance floor dejaron rápidamente al descubierto la artimaña”. Se encargaba de la promoción el relacionista Claudio “Clota” Lanceta, asesinado algo después por taxiboys. La empresa propietaria era Dormii SA, pero como accionista mayoritario figuraba la offshore Maynor SA, de Montevideo. El mismo esquema usaban los propietarios y gerenciadores de Cromañón para eludir responsabilidades. Clausurado varias veces, siempre conseguía reabrir, hasta el incendio de Cromañón después del cual se ajustaron algunas clavijas. Además, Elazar y Batalla firmaron otro contrato con el mismo Club en 1996 para construir siete canchas de papy fútbol, que fue renegociado en 1999 y 2004. Según el boletín Noticiudad de septiembre de 2013, el 6 de agosto el club resolvió el contrato por incumplimientos de Ciudad Sport SA (Athletia) y Nuvas Canchas SRL e intimó a la desocupación del predio. Elazar se resistió, con ayuda de barrabravas y el club lo denunció por usurpación y violación de clausura. Como parte de la intimidación, Elazar hizo que su madre, Lia Norah Pazienzia, socia vitalicia del club, denunciara una retención de aportes patronales por parte de sus autoridades, que a su vez denunciaron a Elazar por evasión tributaria. Los contactos judiciales derivaron en un allanamiento con gran despliegue de fuerzas de seguridad, en diciembre, mientras muchos niños realizaban actividades deportivas. El objetivo fue secuestrar documentación que el club había ofrecido entregar. La AFIP informó en esa causa que parte de la mala situación financiera del Club Ciudad se debe a las demandas de empleados despedidos por Elazar, para no blanquear su situación laboral, que ante su insolvencia se dirigen en forma solidaria a quien le concedió el espacio. En resumen: trucho el exposo, trucho la actual pareja, trucho el perito, familia muy normal.

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