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El país|Sábado, 13 de diciembre de 2003

“Los dos partidos estaban en la compraventa de leyes”

En conversación con Página/12, Carlos “Chacho” Alvarez señaló que Pontaquarto “era el operador político de la asociación ilícita” y destacó la importancia del caso para avanzar en la limpieza del sistema político.

Por José Natanson
“(Mario) Pontaquarto era el operador político de la asociación ilícita. Su testimonio va a ser como una bomba neutrónica. Le pone nombre y apellido a algo que hasta ahora era una certeza política”, aseguró a Página/12 Carlos “Chacho” Alvarez. Fue ayer, luego de que el quiebre del hombre que llevó la valija detonara el revival del escándalo de las coimas en el Senado.
–¿Cuál es la importancia del testimonio de Pontaquarto?
–Es muy importante. Yo siempre me limité a describir políticamente la situación, pero nunca tuve los datos de quién cobró, cuánto cobró, de dónde salió la plata. Nunca supe dónde estaba la frontera, dónde empezaba y dónde terminaba, aunque estaba seguro, como lo está la mayoría de la sociedad, de que las coimas habían existido. El testimonio de Pontaquarto es clave porque le pone nombre y apellido a algo que hasta ahora era una certeza política, pero que no estaba detallada en cada uno de sus aspectos concretos. Va a ser una especie de bomba neutrónica, que va a dejar en claro la complicidad del gobierno de De la Rúa con el sistema que se había armado en el Senado. Había una certidumbre por parte de la sociedad de que esa ley se compró, aunque nunca llegó a comprobarse porque no hubo voluntad jurídica de avanzar ni una Justicia independiente que pudiera enfrentar a la corporación.
–¿A qué atribuye el quiebre del ex funcionario?
–Es difícil, pero yo creo que deben haber jugado dos cosas. Por un lado el hecho de que muchos de sus antiguos jefes o amigos lo hayan puesto como una especie de chivo expiatorio de esta situación. Todos los focos estaban puestos en él. Y al mismo tiempo el quiebre emocional, el factor emocional de un tipo que fue muy poderoso dentro del sistema del Senado y que estaba en baja. Me imagino que no podía mirar a sus hijos a los ojos, que estaba quebrado moralmente. Tenía un remordimiento muy grande.
–¿Lo considera una pieza importante?
–No creo que haya sido importante desde el punto de vista del cobro, porque no deja de ser un funcionario a las órdenes de algunos senadores. Formaba parte de un sistema que lo trascendía. Pero era una pieza clave en el lleva y trae. Seguramente puede decir quién cobró y quién no, cuánto cobró cada uno. Era el operador político de la asociación ilícita del Senado. Llegó al Senado antes de (José) Genoud, se hizo amigo de Genoud y después se pegó a (Augusto) Alasino. Era un nexo clave entre los dos partidos, que conformaban la asociación ilícita que gobernó el Senado durante los ‘90.
–¿Cuál cree que será el efecto judicial del testimonio de Pontaquarto?
–Faltaba que alguien, desde adentro, como protagonista, diera no sólo pistas sino certezas sobre cómo fue el itinerario del dinero. Hasta ahora no había ninguna voluntad de esclarecer la causa. Ningún juez quiso ir a fondo, porque eso implicaba enfrentar a la corporación política. Algunos jueces querían ascender y varios senadores, como Alasino, estaban en el Consejo de la Magistratura. A (Carlos) Liporaci se le descubrió una mansión que no pudo justificar, (Gabriel) Cavallo ascendió y (Rodolfo) Canicoba Corral durmió la causa a pesar de la voluntad de investigación de los fiscales. Eso es importante. Los fiscales (Eduardo) Freiler y (Federico) Delgado van a ser reivindicados porque ellos sí quisieron ir a fondo en este tema.
–¿Cuál cree que será el efecto político?
–No pude ver todavía la declaración completa de Pontaquarto, pero está involucrado el gobernador de San Juan y otros dirigentes que aún tienen fuerza política. En general, creo que esto va a reavivar el análisis sobre el modo de funcionamiento del sistema político argentino. No es casual que la mayoría del sistema político haya callado ante este escándalo, que permite ver cómo los dos partidos estaban comprometidos en la compra y venta de leyes. Yo no creo que haya dejado de funcionar así mágicamente a partir de la llegada de Kirchner al gobierno. El Presidente es un cambio, sin dudas, pero la mayor parte del sistema y del partido justicialista sigue funcionando de la misma manera. Por eso creo que este testimonio es fundamental en la pelea del Presidente para que se limpien las cosas.
–El escándalo de las coimas fue el comienzo del fin de la Alianza y del Frepaso, y su renuncia, después de cierto entusiasmo inicial, finalmente fue muy criticada. ¿Ahora, con el testimonio de Pontaquarto, cree que puede cambiar ese juicio crítico acerca de su decisión?
–No sé. Estoy convencido de que el testimonio es importante porque la gente va a tomar conciencia de cómo funcionaba el sistema político, que el gobierno que había sido votado para sanear la Argentina desde la ética y la moral estaba comprometido con las peores prácticas. Lo que espero es que ahora se entienda que no se podía desarmar ese sistema desde adentro, porque había una complicidad del gobierno de De la Rúa.

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