“El propio decreto que firmó (Néstor) Kirchner instalando un nuevo proceso de selección de jueces habla de la importancia de pluralidad en la Justicia. Es absurdo que se cuestione a la doctora (Carmen) Argibay por pensar distinto”, refutó la abogada Haydée Birgin, del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género. “La Iglesia, si quiere, puede uniformar a sus fieles, pero no tiene por qué hacer lo mismo con la totalidad de los argentinos. A nadie se le ocurrió jamás criticar a ningún ministro de la Corte Suprema por adscribir a la Iglesia: ni a Rodolfo Barra, ni a Julio Nazareno ni a Antonio Boggiano, que sigue en el tribunal. Se los habrá cuestionado, por ejemplo, por corrupción, pero no por sus ideas. Este es un país democrático, y así como se habla de pluralidad regional y de género, el mismo criterio cuenta para las ideas. La pluralidad de pensamiento en la Corte es algo que, contra lo que dice el obispo de San Luis, enriquece enormemente a la Justicia argentina”, señaló Birgin.