El ex presidente Raúl Alfonsín aseguró ayer que no se siente agraviado ni desautorizado por el fallo y, de yapa, aprovechó para criticar el indulto firmado por Carlos Menem: “La cuestión sufre aún de una evidente renguera. Ahora se puede juzgar a los beneficiados por las leyes, pero no a quienes, juzgados y condenados, fueron beneficiados por un indulto”. El proyecto para anularlo se trató varias veces en Diputados, sin éxito.
Alfonsín definió el juicio a los militares como único en el mundo. Al mismo tiempo, ensayó una justificación de la sanción de las leyes en su gobierno, a las que consideró “válidas e indispensables como herramientas de protección de los derechos humanos para el futuro”. Y advirtió: “La pregunta es: ¿se fortaleció la democracia con la sanción de estas leyes? Y la única respuesta es sí, porque a veinte años de sancionadas se pueden derogar, declarar nulas o inconstitucionales en una democracia decididamente afirmada”.
“Esta cuestión no se ha cerrado. El pasado una y otra vez vuelve sobre nosotros. Afortunadamente no se perdió la democracia ni los represores han vuelto a actuar, pero el pasado de alguna forma sigue condicionando el presente”, se lamentó en una carta enviada a los medios tras conocerse el fallo. “A lo mejor sea este el último anclaje con un pasado que debemos romper para darle fuerza a la esperanza renacida”, concluyó.