En el mismo momento en que los participantes del acto en el que el presidente Néstor Kirchner anunció el pago de la totalidad de la deuda que la Argentina tiene con el Fondo Monetario Internacional aplaudían fervorosamente en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno, el decreto que implementa la medida era depositado en la mesa de entradas del Senado. El plenario de las comisiones de Economía y de Presupuesto y Hacienda está convocado el próximo martes a las 12 de la mañana para discutir el tema. Al día siguiente, el oficialismo buscará simultáneamente en ambas Cámaras el respaldo parlamentario para el decreto presidencial por el cual se utilizan reservas depositadas en el Central para cancelar la deuda con el FMI. Un raíd que también tiene otros antecedentes. En las anteriores ocasiones, movidas como ésta se explicaron al calor de la crisis que sobrevino al estallido del 2001.
En esta ocasión no se trata de impulsar ningún proyecto de ley o iniciativa legislativa que pueda encuadrarse en algún formato reglamentario. Simplemente se trata de obtener el aval del Congreso para una medida ya definida por el Ejecutivo, tal como sucedió con la denomina Ley Cerrojo por la cual se dieron por cerradas las tratativas con los acreedores privados de la Argentina. Por este motivo, no se necesita de ninguna mayoría especial en ninguno de los dos cuerpos del Legislativo.
Esto no será un obstáculo para que el debate político que no tuvo la decisión se concrete en ambas Cámaras del Congreso, aunque ese debate por momentos tenga el formato de un monólogo. Por su composición, por los porcentajes, por su característica más tumultuosa, es en Diputados donde el tema tendrá mayor volumen. Ambos cuerpos comenzarán sus sesiones a las 10 de la mañana. Si bien en uno y en otro lado los temarios son complejos, el respaldo a la medida del Gobierno figura en el primer punto de la agenda de los senadores. Descartado el rápido respaldo en la Cámara alta, en el mismo momento la iniciativa llegará a Diputados. A pesar de la heterogeneidad de la Cámara baja, el oficialismo está muy cerca de tener el voto de la mayoría de los presentes. Más si suma el respaldo de los partidos de la derecha, que en algunos casos, como el de Ricardo López Murphy, no ocultaron su beneplácito con la decisión de Kirchner. Al día siguiente, jueves, podría publicarlo en el Boletín Oficial y a más tardar la semana que viene cumplir con su promesa de girar de una sola vez y en efectivo los 9810 millones de dólares que se le adeudan al organismo internacional.
Con encuestas en la mano, que a decir de los hombres del oficialismo muestran un respaldo cercano al 70 por ciento (ver página 6), el kirchnerismo espera tener argumentos no para conseguir el voto de las otras bancadas sino por lo menos para neutralizar las críticas.
El decreto presidencial modifica tres artículos de la ley orgánica del BCRA. En el punto cinco, establece la categoría de “reservas de libre disponibilidad”. Categoría empleada por Kirchner en su anuncio de pago al FMI. En el punto 6 de la reforma a la carta del Central se define que “siempre que resulte de efecto monetario neutro, las reservas de libre disponibilidad podrán aplicarse al pago de obligaciones contraídas con organismos financieros internacionales”.
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