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El país|Viernes, 12 de julio de 2002
EL GOBIERNO, CONFUNDIDO, BUSCA SU CANDIDATO

Gallego, por favor, decime sí

Por Fernando Cibeira
Más unidos por espanto que por amor, para el Gobierno ahora el hombre a seguir es el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, la nueva “esperanza blanca” en la contienda con Carlos Menem. Igual, prometen que no cometerán los mismos errores que con Carlos Reutemann. Van a esperar que De la Sota lance su candidatura presidencial, que camine un poco, después harán muchas encuestas y ahí resolverán el apoyo. “Hay que tener vocación de poder, tiene que ser alguien que no se achique”, enumeraban en el entorno del presidente Eduardo Duhalde las cualidades que no podían faltarle al nuevo candidato que, esperaban, fueran también las de De la Sota.
Aunque ya había pasado un largo día en la Rosada, no se había diluido el enojo contra Reutemann, sobre todo después de las excusas que esgrimió ayer el gobernador de Santa Fe. “Nunca nadie tuvo tanto apoyo: el peronismo casi completo, los partidos provinciales y hasta una parte del radicalismo”, enumeraba un funcionario cercano al Presidente. “Se quejó de la interna entre Menem y Duhalde, pero si hubiera sido el candidato presidencial, ¿qué le interesa lo que digan Menem y Duhalde?”, remarcaba.
Pero si el enojo durara, el Plan B, lentamente, comenzaba a tomar forma. “El problema es que el ‘Gallego’ está afuera de la carrera presidencial, en las encuestas ni figura. Eso lo obliga a instalarse y no se hace de un día para el otro”, explicaban en la Rosada. Duhalde esta vez no va a poner el carro delante del caballo. Primero quiere ver al postulante en acción, medir día a día cómo prosperan sus posibilidades de éxito y después, sí, discutir el apoyo. “Duhalde ahora le va a sacar el cuerpo a la pelea, no quiere aparecer más empujando a un candidato”, justificaban cerca suyo.
El interrogante es qué sucedería en el caso que De la Sota no levante cabeza y continúe con los guarismos de ahora, de entre el 1 y el 2 por ciento de intención de voto. En el duhaldismo niegan toda posibilidad de acuerdo con el menemismo. Antes, aseguran, prefieren sostener a cualquier otro candidato. Por ejemplo, mencionan al salteño Juan Carlos Romero, pese a que en los últimos tiempos apareció más vinculado con Menem y hasta se lo nombró como su posible vice. “Ya reconoció que tiene ganas y por ahí se larga”, decían en la Rosada. También recordaban al misionero Ramón Puerta, que en diciembre fue presidente por unas horas y siempre dijo que le gustaría candidatearse.
Al puntano Adolfo Rodríguez Saá algunos en la Rosada le bajan el pulgar. “Lo suyo es poco serio”, respondían. Rodríguez Saá odia a Duhalde desde que lo cree el principal responsable de haber tenido que abandonar la Presidencia a sólo una semana de haber asumido. Del santacruceño Néstor Kirchner dicen que representa sólo una franja del peronismo y que no les extrañaría que se terminara uniendo al ARI de Elisa Carrió.
Con quien no terminan de ponerse de acuerdo es con el gobernador bonaerense, Felipe Solá. A algunos duhaldistas les resultó extraño que se bajara tan rápido de la carrera presidencial para dedicarse ciento por ciento a la competencia en la provincia. Incluso, cerca de Solá hablaban ayer de “una operación mediática” para instalarlo como candidato presidencial, pese a que insiste que sólo le interesa renovar su mandato.
En La Plata admiten que, en el momento que comenzaron las dudas de Reutemann, un grupo de dirigentes bonaerenses le mencionó a Solá la posibilidad de lanzarlo, pero sólo para que comenzara a instalarse a nivel nacional. “Total, después te bajás”, le dijeron entonces. Y el dijo que sí. Pero ese lanzamiento nunca se hizo y ahora a Solá el chiste no le causa gracia. Piensa que hay dirigentes que están muy interesados en sacarlo de la pelea por la gobernación, operación de la que expresamente excluye a Duhalde.

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