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El país|Domingo, 21 de julio de 2002
OPINION

Poco serio

Por Alfredo Zaiat
Cuando muchos terminen de leer esta nota pensarán que fue escrita para defender a Rubén Lo Vuolo. Pero lejos está de esa intención, aunque lo parezca. Lo Vuolo, además, si puede, deberá defenderse por sí mismo. Hecha esa aclaración –que lectores atentos entenderán–, la cuestión es la siguiente: el programa económico que está preparando Elisa Carrió puede que sea inconsistente técnicamente, con críticas merecidas por derecha o por izquierda. También puede ser calificado de poco serio. Incluso se puede indicar que no es posible llevarlo a la práctica. Pero lo que no se puede decir es que Lo Vuolo, su economista, no tiene ideas o no se las conoce. Quienes lo dicen por ignorancia con el primitivo objetivo de desautorizarlo quedan eximidos de cualquier otro comentario más que el de la indulgencia intelectual. En cambio, quienes lo descalifican por no formar parte del elenco estable tienen un objetivo preciso que merece ser mencionado.
La estrategia de desacreditar o de condicionar a un firme candidato a ganar las elecciones presidenciales comienza con el cuestionamiento por la carencia de equipos “serios”. La experiencia de la Alianza con el converso José Luis Machinea es la más cercana para entender esos límites que impone el poder económico, con voceros oficiosos a su servicio. La crisis inédita que se está viviendo en la Argentina plantea no pocos desafíos e interrogantes sobre cuál es la salida de este laberinto. Sin embargo, se reclama un paquete de medidas económicas mágico, como si éste existiera. Así, la figura del economista de cabecera pasa a ser la imagen de si el candidato puede o no manejar el país.
En ese juego perverso Lo Vuolo tienen todo para perder, que igualmente tendrá que correr el riesgo si aspira a seguir en carrera. Y ese juego ya lo padeció cuando quedó reflejado, con mala intención, su comentario sobre cuál sería su política cambiaria en una nota publicada en Clarín hace poco más de un mes. A partir de entonces se inició una andanada de críticas sobre la cualidad técnica de Lo Vuolo y la carencia de propuestas de Carrió. Pero, ¿quién sabe cuál es el régimen cambiario que propone Ricardo López Murphy, que de los economista “serios” es el más para el establishment? En estas semanas no dio un solo reportaje sino decenas, y en ninguno trazó ni la más mínima idea al respecto. Pero López Murphy sabe, repiten al unísono quienes dicen que saben sin dar más precisiones. ¿La solución es la dolarización de Carlos Menem de la mano de Pedro Pou, otro que sacó patente de “serio”? La demolición de esa pócima mágica, nacida del CEMA, cuna del fundamentalismo liberal, por suerte vino del lado del mismo palo. La conservadora republicana Anne Krueger, número dos del FMI y con línea directa con el Tesoro de Estados Unidos, descalificó esa propuesta con desprecio académico. ¿La alternativa es recuperar la convertibilidad, como el cavallista Horacio Tomas Liendo pretende ilusionar a una sociedad desorientada?
A ninguno de estos economistas de la debacle, como a otros más que bien se ganaron el respeto de los poderosos previo suculentos contratos de consultorías, se les exige consistencia técnica en sus propuestas, que además ya han sido probadas con el resultado conocido. A Lo Vuolo, y en línea ascendente a Carrió, se lo ataca por ideología, por miedo, no porque no tengan un plan. Habrá que dudar de ellos cuando se los empiece a considerar “serios”.

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