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El país|Miércoles, 16 de enero de 2002
Apoyo, pero con exigencias

Apoyo, pero con exigencias

Por Martín Piqué
Se entiende el apuro: el Gobierno enfrenta una crisis inédita y necesita sumar respaldos para garantizar la gobernabilidad. O la “paz social”, como se dice desde el 19 y 20 de diciembre. La semana pasada había sido el turno de Rodolfo Daer y su tropa. Ayer le tocó a la otra línea de la CGT, que conduce Hugo Moyano. El ministro de Trabajo, Alfredo Atanasof, recibió a la mesa directiva en el piso 18 de la cartera laboral. Los gremialistas pidieron la derogación de la reforma laboral y del recorte del 13 por ciento a jubilados y estatales. Y a cambio de ser escuchados, dijeron lo que esperaba el ministro Atanasof: “Estamos de acuerdo con la mesa del consenso. Vamos a participar”, confirmó a Página/12 Omar Viviani, del sindicato de taxistas.
La reunión ya estaba prevista. El lunes, los principales dirigentes de la CGT que se autodenomina “rebelde” habían discutido un petitorio de 12 puntos que incluía tres demandas centrales:
u La derogación de la reforma laboral, o la “ley del soborno”, como la llama el abogado Héctor Recalde, asesor de la CGT y fugaz funcionario de la cartera laboral durante la gestión de Adolfo Rodríguez Saá.
u La derogación del recorte sobre sueldos y jubilaciones.
u Y la suspensión de los despidos por 180 días, un reclamo que fue incluido en la Ley de Emergencia pero limitado a 90 días. Según los gremialistas, este punto no está siendo respetado por las empresas, lo que ha provocado un aumento del índice de despidos en el mes de diciembre.
El ministro Atanasof escuchó las propuestas de la CGT, pero en concreto no accedió a nada. Cuando sus interlocutores insistieron con la derogación de la reforma laboral, expresó su pesimismo con un gesto. Antes había explicado que la situación era muy delicada, por las presiones de los bancos y el descontento que genera el corralito. “Así tenemos sólo un 10 por ciento de posibilidades de éxito”, les dijo a los dirigentes cegetistas. Y después les contó que hace unos días Chiche Duhalde había pedido 600.000 pesos para entregar a unos comedores y que el Ejecutivo no había logrado juntarlos. “Esto muestra el nivel agónico en el que está el Gobierno”, opinó ante Página/12 uno de los asistentes a la reunión.
Preocupados por lo que escuchaban, los representantes de la CGT se comprometieron a dar apoyo al Gobierno. Pero también pidieron que se avance en la “alianza productiva”. “La patria financiera es el adversario”, insistía ante este diario uno de los dirigentes cegetistas. Lo que percibían ayer los que estuvieron en la sede laboral –Moyano, Palacios, Piumato, Recalde, Viviani, Francisco Gutiérrez (UOM) y José Rodríguez (SMATA), entre otros– era que el Ejecutivo estaba retrocediendo ante el sector financiero. “Las primeras medidas fueron buenas, tocaron a las petroleras, bancos y privatizadas. Pero ahora no estamos de acuerdo con el gradualismo, acá hay que actuar rápido y en forma contundente.”
En el encuentro, los portavoces de la CGT reclamaron asimismo medidas de protección a la industria. También pidieron que se convoque al Consejo del Empleo, Productividad y salario mínimo, vital y móvil: “Si el Gobierno está buscando la concertación, ése es un ámbito de inclusión.” Y además, solicitaron la derogación de los decretos de pasantías de cuatro años, la anulación de la rebaja de aportes patronales y otros reclamos puntuales. El ministro Atanasof, a su vez, pidió a Recalde que elaborara un proyecto que prevea modificaciones en la ley laboral.

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