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Si Lavagna hubiese ganado las elecciones, el ministro de Economía habría sido Javier González Fraga. Si hubiera triunfado Carrió, ese cargo estaba reservado para Alfonso Prat Gay, que se había desempeñado como presidente del Banco Central durante la gestión de Lavagna y que también había trabajado a los órdenes de González Fraga en su consultora, antes de rumbear hacia una opulenta carrera en el JP Morgan. Finalmente ganó Cristina Fernández y el elegido es Martín Lousteau, que en su currículum exhibe haber trabajado en la consultora de Prat Gay, haber sido su asesor en el Banco Central, y haber sido coautor con González Fraga del libro Sin atajos, publicado en 2005.

Ni Prat Gay es lo mismo que González Fraga, ni Lousteau es un calco de algunos de ellos dos. Pero no hay duda de que el origen los emparenta.

Que los tres candidatos que reunieron alrededor del 85 por ciento de los votos compartan un terceto de economistas del mismo tronco es más un síntoma que una casualidad. Indica claramente que entre las fuerzas políticas mayoritarias existe un consenso básico sobre las cuestiones fundamentales de la macroeconomía. Es un acuerdo fundamental sobre algunas cosas que hay que hacer, cuyo ejemplo más claro es el mantenimiento de un tipo de cambio competitivo. Pero tal vez sea más correcto entenderlo como un acuerdo sobre lo que no debe ser repetido, y en esa lista se destacan los peores recuerdos de la década anterior, como el endeudamiento desenfrenado, la sumisión incondicional a la lógica de mercado, las privatizaciones a ultranza, la desindustrialización, la lógica del ajuste.

En un reportaje publicado en Cash hace cinco meses, el propio Lousteau dijo: “Se cerró una puerta: ahora sabemos qué cosas ya no queremos hacer”. El consenso por la negativa, por el descarte, no es algo para subestimar en un país con una prolífica historia de dislates. Es un buen punto de partida. Lo que ahora falta saber es lo que el flamante ministro se propone hacer, más allá de la esperable continuidad de los grandes lineamientos macro. ¿Cuál será la política de ingresos? ¿Tarifas? ¿Reforma Tributaria? ¿Cómo se recupera la credibilidad del Indec?

En la citada entrevista Lousteau se manifestó a favor de que el país siga creciendo “a una tasa que haga que no se genere ningún elemento que active una crisis”. ¿En qué tasa estará pensando? ¿En mantener el crecimiento al 8 y pico como hasta ahora, y como sostenía en campaña González Fraga? ¿O creerá como Prat Gay que es preferible bajarla al 6 por ciento para que sea sustentable?

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