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Espectáculos|Martes, 12 de noviembre de 2002
CLAUDIO GALLARDOU DEBUTA COMO REGISSEUR EN EL TEATRO COLON

“Esto es una expansión espiritual”

El actor y director, fundador del grupo La Banda de la Risa, dirigirá desde mañana la ópera de Rossini, “L’occasione fa il ladro”.

Por Oscar Ranzani
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“L’occasione fa il ladro” se presentará en el Teatro Colón los días 13, 14, 15, 20 y 24 de noviembre.
Será la primera experiencia de Gallardou en este ámbito. “Para mí, es una devolución de confianza”, dijo.
El estreno en la Argentina de la ópera de cámara L’occasione fa il ladro (mañana a las 20.30 en el Teatro Colón), con argumentos de Luigi Prividali y música del italiano Gioacchino Rossini, determinará el debut del actor y director Claudio Gallardou como régisseur. L’occasione fa il ladro es la historia de una confusión sobre dos maletas que sus dueños intercambian por error. El personaje central, Permenione –un hombre de la clase popular–, buscará aprovecharse del malentendido para hacerse pasar por el conde Alberto, el propietario de la otra valija y enamorar a su prometida. En total serán cinco funciones de L’occasione fa il ladro: el 13, 15 y 20 de noviembre la dirección musical estará a cargo de Guillermo Brizzio y el 14 y 24 de este mes la encargada será Susana Frangi. Esta ópera, que Rossini estrenó en Venecia en 1812, será interpretada por la Orquesta Estable del Teatro Colón con la participación de Leonardo Estévez, Gabriel Centeno y Graciela Oddone, entre otros miembros.
Gallardou, feliz con este nuevo emprendimiento artístico, le dijo a Página/12 que la idea fue de Guillermo Brizzio. “Cuando Brizzio tuvo que elegir régisseur para la puesta de esta obra, que es una ópera de cámara y que no tiene por qué contar con la formalidad de la ópera seria, buscó una persona de teatro que fuera entendedora de la comedia y dio conmigo”, explicó. “Me convocó para esta propuesta y acepté con mucha alegría porque para mí es una experiencia que me enriquece. Por un lado, porque me acerca al teatro lírico y, quizás, a la oportunidad de hacer más cosas. Por otro, a mí como director de teatro me enriquece porque descubro y aprendo más cosas para incorporarlas a mis puestas anteriores. Me abre caminos”, dijo el actor y director, de larga trayectoria en el medio, además de miembro fundador del grupo La Banda de la Risa.
–¿Qué significa para usted trabajar en el Colón?
–Una expansión profesional y espiritual. Porque es acceder al teatro más elevado y, además, una devolución de confianza. Porque que confíen en mí para la puesta de una ópera, significa que están interesados en mi crecimiento. No sólo yo estoy interesado sino también los directores.
–¿Su participación como régisseur es un caso excepcional o piensa seguir incursionando en este nuevo rol?
–En principio, para el Colón es un caso excepcional porque pretenden hacer una cosa distinta, por eso me llamaron a mí. O sea, no llaman a un clásico director de ópera para que, a lo mejor, quizás repita algunas claves de la ópera. Y es un caso extraordinario para mí porque es la primera vez que me toca abordarlo. Si tengo la oportunidad de continuar en el teatro lírico, bienvenido, porque me interesa abordarlo. Ya esta experiencia me dio algunas pautas de hacia a dónde puedo ir ahora. Me animaría a más.
–¿Cómo resultó su trabajo previo en los ensayos?
–Traté de generar un trabajo actoral. Traté a los cantantes como actores y no como cantantes. Lo que no quiere decir que a la hora de cantar yo no haya incentivado el hecho. Pero haberlos tratado como actores hace que hoy ellos estén mucho más preparados, con muchos más recursos en sus personajes para hacer la comedia porque es una ópera bufa. Entonces tiene que ver con enredos de enamorados, pretensiones de tramposos, trepadores. Sobre todo, enredos de enamorados: bien típico de la comedia del arte. El trabajo previo consistió en una ejercitación actoral para preparar a los actores para el tipo de puesta que yo realicé, que no es una puesta que se destaque por sus movimientos escénicos sino que pretende destacarse por el trabajo del actor cantante.
–¿Se puede trazar un paralelo entre el contenido de la obra y la actualidad?
–Se puede. La ópera, en general, toca temas clásicos, ya sea desde los temas mitológicos de la ópera seria, los poemas dramáticos o, incluso, los enredos de la ópera bufa. Todos están vinculados con las miserias del hombre. Cuando hablamos de clásicos, hablamos de algo universal. Porejemplo, hay muchas óperas que están basadas en la obra de Shakespeare: Otelo, Hamlet, Sueño de una noche de verano. Muchas. Porque son historias clásicas que hablan de la problemática del hombre y que, a través del tiempo, parece que no cambian, no varían.
–También son atemporales...
–Atemporales y temporales, porque el problema universal del hombre siempre es temporal. O sea: la ambición de Ricardo III la encontramos en el gobierno, por ejemplo. Hoy tenemos una lucha por el poder que va en deterioro de nuestras necesidades, ahora hay que esperar que ellos se pongan de acuerdo. Se van a sacar los ojos, se van a sacar los pantalones, se van a cagar a trompadas, van a postergar las elecciones. Mientras tanto no va a haber arreglo con el Fondo Monetario (Internacional) porque el FMI está esperando que haya elecciones, etcétera. Toda esa disputa deteriora a la necesidad inmediata. ¿Y eso no es Ricardo III? ¿No son tipos que matan a los que están alrededor para triunfar y para estar arriba? Y una vez que están arriba, ¿tienen que empezar a cuidar su podio y seguir matando a los que están alrededor?

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