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Espectáculos|Martes, 3 de diciembre de 2002

Una excursión por el mundo del tango más arrabalero

Los actores Jana Purita y Carlos Durañona ahondan en el universo prostibulario del tango en una tragicomedia musical dirigida por Roberto Sáiz, que puede verse los domingos en el teatro-bar Tuñón.

Por Karina Micheletto
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Los actores Purita y Durañona son, además, pareja en la vida real.
Partieron de tópicos como “la costurerita que dio el mal paso”.
“La mujer es un animalito que tiende al sacrificio”, filosofa Apolo Vincitore ante Rosita Morales. Ella es una chica de barrio que quiere triunfar como cantante y él es el dueño del cabaret al que la novel cancionista llega a pedir trabajo. La frase pertenece al Rufián Melancólico, un personaje de Los siete locos, de Roberto Arlt, uno de los tantos textos, poemas, sainetes y tangos lunfardos que hilvana la obra Tangos canallas, que protagonizan Jana Purita y Carlos Durañona. Con este material, pacientemente recopilado y seleccionado durante meses, los actores recrean uno de los tópicos nacionales: el de la costurerita que dio el mal paso, que en este caso devendrá en lunfardesco romance teñido de humor. La tragicomedia musical resultante del ensamble de textos, dirigida por Roberto Sáiz, es uno de los platos fuertes del nuevo teatro-bar Tuñón (Maipú 849), después de un exitoso paso por el Club del Vino.
“Palabras más, palabras menos, esto es lo que cuentan muchos tangos de los años 20. En la trata de blancas, el pingüe negocio de principios de siglo, intervenían una cantidad de personajes que vamos conociendo a través de los tangos y textos de esa época”, explica Durañona. “Director artístico”, el poema de Iván Diez que es citado en la obra, resulta una síntesis: “Broadcasting. Llega un mueble qu’es artista/ No tiene qué morfar... busca jotraba/ ¿El señor director? –Sí, ¿qué deseaba?/ –Quisiera trabajar... soy cancionista./ El ‘señor director’, un pobre gato/ lascivo, pelandrún, animalote/ la juna de los pies hasta el cogote/ haciéndole pasar un fule rato./ ¿El arte? ¡Para qué! ¡Venga la mina!/ ¿Qué le importa a ese turro, que ‘examina’/ si la grela no morfa o vive un drama?/ Y, señor... ¿qué me dice?... –Pues le digo/ que si toma esta tarde el té conmigo/ la incluyo todo el año en el programa”.
Para tomar a Rosita, el cafishio Vincitore la hace pasar por una larga prueba. Es entonces cuando Jana Purita, acompañada por los guitarristas Daniel Gómez y Miguel Luchilo, demuestra que además de actriz es una buena cantante. “Para componer buscamos cosas en el archivo de la Academia Porteña del Lunfardo, en libros de investigadores del tango, en cancioneros de la época, leímos todo lo que encontramos para sacar diálogos”, cuenta Purita. “Y yo me concentré en las películas en las que aparecían las cantantes de entonces, para buscar la textura que le iba a dar a mi voz. Me inspiré en Azucena Maizani, Ada Falcón, Rosita Quiroga, Tita Merello, que nos enseñó a todos cómo se dice el tango”.
Los actores, protagonistas de otra obra en cartel en la que también abundan los cafishios, Cachafaz, de Copi, subrayan que los tangos y textos que eligieron ayudan a entender cómo son los argentinos, indagando en personajes arquetípicos. “Es como abrir el arcón de los recuerdos y encontrar que no están nada apolillados, como cuando heredás una toalla de tu abuela, que es viejita pero está intacta”, define Purita. La obra no elude el tema del machismo, a través de textos como “Amablemente”. Musicalizado por Edmundo Rivero, el poema cuenta la historia de un varón traicionado que encontró a su mujer in fraganti, y después de pedirle que le cebase un par de mates, “con toda educación, amablemente, le fajó treinta y cuatro puñaladas”.
“Hay cosas que aparecen retratadas como en una suerte de espejo deformante, y que resultan una manera de reflexionar sobre nuestros propios prejuicios. Mucho de lo que se cuenta en los tangos del ‘20 hoysubsiste, quizás en forma más sutil, más disimulada, pero está”, reflexiona Purita. Para muestra basta un botón: la ranchera “Los amores con la crisis”, con letra de Ivo Pelay y música de Francisco Canaro, advierte: “Los amores con la crisis / están difíciles, están difíciles / y los muchachos se hacen los giles / se acabaron los regalos / y los que te adoran, y los que te adoran / hoy te “lavoran” de conversación”.

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