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Espectáculos|Miércoles, 4 de diciembre de 2002
ARGENTINA PISA FUERTE EN EL FESTIVAL DE LA HABANA

Un arte caro en un país pobre

Por Raquel Martori *
Desde La Habana

El polémico film mexicano El crimen del padre Amaro abrió ayer el XXIV Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, en el que compiten más de un centenar de películas por los premios Coral, entre ellas seis argentinas. Dirigida por el mexicano Carlos Carrera, la película ha sido motivo de controvertidas reacciones en México y en otros países, donde su proyección levantó las críticas de la Iglesia Católica y de quienes la consideran desde provocadora hasta escandalosa. Tras el anuncio de los organizadores del festival, algunos cinéfilos recordaron a Camila, el film de la argentina María Luisa Bemberg sobre una historia de amor entre un sacerdote y una joven de familia acomodada del siglo XIX, que fue presentada hace casi veinte años en otro Festival de La Habana. Pero en esta edición del festival, que se clausurará el próximo día 13, al margen de las proyecciones de los films inscritos en competencia –41 de ficción, 31 documentales y 27 películas de animación– también habrá conciertos, seminarios, exposiciones, presentaciones de libros y homenajes. No faltarán las estrellas que siempre prestan brillo a estas citas. En esta ocasión se espera a los norteamericanos Matt Dillon y Marisa Tomei, al argentino Federico Luppi, que recibirá un homenaje especial, y a la española Ariadna Gil.
Un jurado que integran los realizadores Paul Leduc, de México, José Joffily, de Brasil, el cubano Daniel Díaz Torres, el escritor colombiano William Achúgar, el cantautor español Luis Eduardo Aute y el mexicano Mario Aguinaga, director de los Estudios Churubusco, entre otros, se encargará de la selección de los galardonados. El concurso del festival habanero abarcará las categorías de ficción, óperas primas, documentales, animación, carteles y guiones inéditos. Con once films de ficción, Brasil trae la mayor cantidad de propuestas, entre las que sobresalen la laureada Madame Satá, de Karim Ainouz; Abril despedazado, de Walter Salles, y Una vida en secreto, de Suzana Amaral. México le sigue con ocho películas, y tres fuertes aspirantes a los “corales”: El crimen del padre Amaro, de Carrera; La virgen de la lujuria, del consagrado director Arturo Ripstein, y Ciudades oscuras, de Fernando Sariñana. Argentina viene a La Habana con seis títulos, que incluyen a Un oso rojo, de Adrián Caetano; Lugares comunes, de Adolfo Aristarain; la ópera prima de Diego Lerman Tan de repente y El bonaerense, de Pablo Trapero. Fuera de concurso se verá Luca vive, de Jorge Coscia.
Films de Colombia, Chile, España, Uruguay y Venezuela completan la lista de los inscritos en la sección de ficción. Cuba competirá esta vez sólo con cortometrajes y habrá que esperar hasta el próximo año el estreno de cuatro largometrajes de ficción, aún sin concluir y en procesos avanzados de producción, según fuentes del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC). “El hecho de que no haya films nacionales de ficción en el venidero festival no significa que la producción cinematográfica cubana atraviese por una crisis. Se trata de que no queremos acelerar los procesos para no violar la calidad, la creatividad, el resultado artístico”, dijo el presidente del ICAIC, Omar González. Según explicó González, “Cuba no escapa de los problemas económicos y éste es un arte caro en el mundo que requiere grandes inversiones”.

* De la agencia EFE

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