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Espectáculos|Lunes, 10 de marzo de 2003
EL FESTIVAL DE TANGO CERRO CON UNA MILONGA MULTITUDINARIA

Sacándole viruta al asfalto porteño

El sábado por la noche, la Avenida Corrientes fue una auténtica postal del tango, con una multitud entregada al baile y orquestas de alta calidad. “La cumparsita” bajó el telón, ya de madrugada.

Por Karina Micheletto
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Varios de los asistentes llevaban sus zapatos de baile en un bolsito.
Estuvieron El Arranque, Ernesto Franco y Lidia Borda, entre otros.
Si un publicista tuviera que definir la postal perfecta para el tango argentino, se acercaría mucho a lo visto el sábado en calle Corrientes. Entre Paraná y Montevideo, la porteñísima avenida se transformó en una milonga popular a cielo abierto, con tangos tocados, cantados y bailados hasta entrada la madrugada. La postal tenía al Obelisco como fondo y, por donde se mirara, el espíritu de los míticos bares y cabarets en los que las estrellas del tango solían actuar hasta los ‘60. La postal quedó grabada en retinas y corazones de las más 30 mil personas que asistieron al primer cierre del Festival Internacional de Tango, un evento que durante nueve días reunió a lo mejor de los nuevos valores y las figuras consagradas de música y baile.
Los encargados de la música en la milonga fueron Ernesto Franco y su orquesta, El Arranque, Color Tango y las cantantes Lidia Borda y Adriana Varela. Con el sello de Juan D’Arienzo, la orquesta de Franco (bandoneonista de D’Arienzo y de Miguel Caló, entre otras formaciones famosas) interpretó temas como “Loca”, “La puñalada”, “Derecho viejo” y “Canaro en París”. Algunos fueron bailados por Gloria y Eduardo, una de las parejas legendarias del tango argentino, con 40 años de trayectoria. El lugar no podía ser más adecuado: a media cuadra, sobre Paraná, supo estar el cabaret Chantecler, donde actuaba D’Arienzo. En la esquina de Montevideo el Singapur, en la de Paraná, donde ahora está el Premier, el Ruca, y muy cerquita La Armonía, dos famosos cafés de tango, entre otros boliches históricos.
La orquesta El Arranque, uno de los representantes de mayor calidad de la nueva guardia, se lució con “El pollo Ricardo” y un ajustadísimo “Nocturna”. Por la tarde, en el teatro Metropolitan, había mostrado lo suyo otra de las buenas nuevas propuestas del tango actual: la orquesta Vale Tango, dirigida por el pianista Andrés Linezky, mostró una parte de su espectáculo Danza Maligna, que se estrenará este jueves. Junto al pianista Diego Schissi y El Arranque, Borda adelantó algunos de los temas que incluirá su próximo disco, Tal vez será su voz, como “Yuyo verde” y “Apología tanguera”, de Enrique Cadícamo y Rosita Quiroga. El guitarrista Luis Borda, hermano de la cantante y residente en Munich, que no había tocado en la Argentina durante seis años, la acompañó en “En un feca”. Luego fue el turno de Color Tango, con un repertorio que incluyó temas interpretados por Pugliese en sus diferentes formaciones, y terminó con “Tango a Pugliese”.
Por momentos, el escenario parecía propio de un show de rock. La gente pedía temas, hinchando por tal o cual bandoneonista, cantando. Más atrás, otros buscaron la comodidad de tres tribunas. Otros fueron decididos a milonguear: a lo largo de la calle se formaban grupos que giraban, tanto durante las actuaciones de los artistas como en los cortes con discos. Muchos habían llevado en bolsitas o carteras los zapatos adecuados para la ocasión.
Detrás del escenario, Aníbal Ibarra ensayaba pasos para las cámaras con la primera campeona de baile de tango, la cordobesa Gisella Galeassi. “Esto superó nuestras expectativas. Contábamos con la calidad de los artistas, pero ahora sabemos que el público apoya al Festival por la masividad que alcanzó”, aseguró el jefe de gobierno porteño a Página/12. Para Jorge Telerman, secretario de Cultura de la Ciudad, la clave del éxito del Festival de Tango es su sostenimiento en el tiempo. “El Festival se está instalando en la agenda como nuestro carnaval del tango, y hay que defenderlo como una fecha cívica. Eso va a hacer que se mantenga más allá de las administraciones”, opinó.
La estrella de la noche fue la cantante Adriana Varela, quien tuvo a su cargo el cierre artístico de la milonga. Pero la fiesta se extendió y el final llegó a puro baile. Gisella Galeassi y Gastón Godoy, los primeroscampeones mundiales de tango, bailaron e invitaron a la gente a seguir sus pasos. Entonces llegaron los tangos de Osvaldo Natucci, uno de los más conocidos disc jockeys milongueros, y hasta pasadas las tres de la mañana el baile copó Corrientes. Como en toda milonga que se precie, la noche terminó con “La cumparsita”, el tema que “avisa” a los bailarines que es hora de dejar la pista, hasta la próxima milonga.

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