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Espectáculos|Martes, 29 de abril de 2003

“Me gusta hablar de todo lo que la gente esconde”

El humorista Favio Posca explica cómo debió adaptar su estilo descarnado para su flamante ciclo radial vespertino en la Rock and Pop. “No me interesa zarparme fuera de contexto”, señala.

Por Oscar Ranzani
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Favio Posca conduce “He perdido mi malla en la ciudad”.
A Favio Posca se lo conoce por su histrionismo y por su humor descarnado, sarcástico e irónico. Lo demostró en sus unipersonales El perro que los parió, Boster Kirlok y Mamá está presa. Sus interpretaciones en los escenarios le abrieron las puertas de la televisión y desarrolló nuevas facetas actorales en tiras de Pol-Ka como “Gasoleros” y “Calientes”. En 2000 incursionó en Rock and Pop Beach con “He perdido mi malla en la ciudad”. Ese proyecto parece haberle abierto un nuevo campo laboral: este mes volvió a la radio con el mismo programa, que ahora se emite los sábados de 17 a 20 por la frecuencia 95.9 Mhz.
Posca dedica gran parte del espacio a la música, se comunica con los oyentes, da informaciones y, a veces, compone personajes. “Estoy dándole más bola a la comunicación como conductor que a la parte de humor. Estoy haciendo algunos personajes porque sé que la gente espera eso de mí. Pero me interesa mucho pasar buena música y me interesa más la comunicación”, cuenta el humorista marplatense. Entre los personajes que interpreta se destaca “Culo” que, si bien integraba sus espectáculos, fue modificado para radio. “Pero no cambia la esencia”, aclara. “Por ejemplo, la idea de hacer un personaje como ‘Culo’ tiene que ver con que hay tanta información redundante en los medios, todos opinan desde diferentes lugares pero en un punto todos dicen lo mismo. Entonces, está bueno que alguien como ‘Culo’ dé una vuelta de tuerca.” “El Laucha”, otro de los personajes, hace una síntesis de lo que pasó en la semana. “Pero sería muy aburrido si yo hiciera una síntesis en serio, porque ya lo sabemos y lo leímos”, aclara. Posca destaca algo llamado “Warning”. “Es como un aviso: puede ser ‘warning con las elecciones’ o ‘warning que esta noche te peino los flecos pa’dentro’. Es un aviso, una protesta, una alegría, un comentario, un saludo. Y la gente llama y manda sus ‘warning’.”
–La gestualidad es un componente importante en sus unipersonales. ¿Cómo resuelve esta ausencia en la radio?
–Por el momento no me preocupa. Eso no implica que yo no haga la gestualidad. Cuando hago un personaje como “El Perro” que estuvo en el primer programa, no soy yo el que habla sino “El Perro”. No es que solamente aparece la voz. En mi caso, para hacer los personajes tiene que estar todo por más que no me vean. Porque desde ese lugar sale el personaje verdadero. Antes que nada yo soy un actor, con todas las letras. Vengo de la composición del personaje. No podría hacer una voz suelta sin la composición corporal. En radio hago la composición corporal aunque no me vean. Eso le da una verdad a la voz. Claro que tampoco voy a llevar la indumentaria, porque ya estaría loco.
–¿Tiene alguna técnica para componer personajes?
–No. La técnica la tengo desde lo corporal y desde la voz, porque estudié y porque creo que es importante. Pero no me parece que se necesite una técnica a rajatabla para componer. Tengo mi sello, mi estilo.
–¿Es más difícil el enganche con el público en radio que en el teatro?
–Lo que pasa es que siento que la gente me quiere. Entonces, no me costó engancharme en la radio. No rifo cosas, ni hay ningún yeite para que la gente llame, no canjeo algo ni regalo nada. No es mi estilo y, sin embargo, la gente llama igual para comunicarse. Lo siento como una continuidad de lo que hago en teatro, en tele o en cine.
–La mayoría de los personajes de sus unipersonales tenían incontinencia verbal. ¿Hay algún límite con el discurso radial?
–Sin dudarlo. Hay mucho límite. Tengo el límite de estar a las cinco de la tarde, cuando un nene de cinco años puede escuchar. En teatro estoy a las doce de la noche. Debo tener conciencia de que estoy en un medio supermasivo y a la tarde, con lo cual estoy muy recatado con lo que digo desde la cosa más zarpada. No me interesa para nada zarparme en un lugar descontextualizado. Aparte, no me hace falta y está bueno adaptarse sin perder la esencia. Creo que el programa de radio cumple con eso.
–¿Qué puntos en común tienen el dramatismo y el humor?
–En lo que hago yo, hay un 50 y un 50. El humor siempre cabalga sobre lo dramático. Y no hablo de humor negro, hablo de la esencia de la vida. El ser humano todo el tiempo cabalga entre la risa y el llanto. A mí me gusta hablar en mis shows de lo que la gente, en general, prefiere no hablar, de lo que prefiere esconder. Con más o menos humor.

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