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Espectáculos|Martes, 29 de abril de 2003
“VADE RETRO”, UN CICLO PARA AMANTES DEL TERROR

Tres que metían mucho miedo

La señal de cable presenta una retrospectiva que conjuga a Edgar Allan Poe, Roger Corman y Vincent Price, un festín del género.

Por Roque Casciero
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Price fue un actor fetiche de Corman, el mago del cine clase B.
Si ellos no hubieran existido, las pesadillas de varias generaciones hubieran sido diferentes y las fuerzas malignas que asuelan el mundo deberían haberse conjurado para crearlos. Tres seres extraordinarios: Edgar Allan Poe fue el indiscutible maestro de la literatura de terror; Roger Corman, “el” cineasta clase B que sabía apreciar el poder perturbador de un grito de horror puesto en el lugar justo y Vincent Price, la cara y la actuación que cargaban de estupor a quienes lo veían. En las páginas de Poe se refleja su espíritu torturado: la locura se traspasa de padres a hijos, hay entierros en vida, asesinatos espantosos y plagas diabólicas. Algunas de esas historias fueron llevadas al cine por Corman, quien escogió a Price (fallecido en 1993) como estrella para casi todas. Esas siete películas son, precisamente, las que el canal Retro emitirá, a partir de esta semana, todos los jueves a las 22 (repite el domingo siguiente a las 0.30 y el viernes de la semana siguiente a la 1).
El ciclo “Vade retro”, dedicado al terror, programó los films en orden cronológico, lo que le agrega un atractivo para los amantes del cine de clase B, que seguramente tendrán la videocasetera a mano. Para ellos no es novedad hablar maravillas de Roger Corman, el realizador y productor más prolífico de la historia, ya que dirigió cincuenta películas y produjo 550. De su mano, se hicieron un nombre en Hollywood actores como Jack Nicholson y directores como Martin Scorsese, Jonathan Demme, Joe Dante y Ron Howard. “Elaboré la teoría, o algo así, de que es probable que el horror, el sexo y la risa estén conectados de algún modo extraño”, declaró alguna vez Corman. Por supuesto, puso esa teoría en práctica con resultados notables: muchos de sus trabajos sobre terror se pueden ver como comedias. La habilidad de Corman para filmar con bajo presupuesto es legendaria. Solía usar los mismos decorados –a veces risibles, en especial los castillos– y hasta usar escenas de una película en otras. Por ejemplo, el incendio en La caída de la casa Usher fue hecho en un establo que había comprado el director y sirvió para otros trabajos de su “período Poe”.
Esa película, filmada en 1960 (el mismo año que La tiendita del horror, la más famosa de Corman), es la que inaugura el ciclo de Retro. Vincent Price encarna a Roderick Usher, un hombre de la nobleza que pretende ponerle fin a la historia de locura que pende sobre su familia, incluso si eso implica enterrar viva a su hermana Madeline (Myrna Fahey) para que no tenga hijos. Para esta película, Corman usó por primera vez el color y contó con Richard Matheson (autor de El increíble hombre menguante) como guionista. El escritor volvió a adaptar a Poe en El pozo y el péndulo, segunda película de la serie (de 1961), en el que el horror de los crímenes y las torturas de la Inquisición son el marco para la historia. Luego está programada Entierro prematuro (1962), la única de las siete películas en la que se quiebra el tríptico Poe-Corman-Price, porque el protagonista es otro actor fetiche del terror y la ciencia ficción, Ray Milland. En este caso, el tema es la catalepsia y el temor a despertar dentro de un ataúd, que no deja vivir en paz al personaje central.
Cuentos de terror (1962) es, en realidad, un compendio de tres (o cuatro) historias, todas con Price como protagonista: “Morella”, “El gato negro” (mezclada con “El tonel de amontillado”) y “El extraño caso del señor Valdemar”. El cuervo (1963) está basada en el poema clásico de Poe, y cuenta con un elenco excepcional, porque a Price se le unen Boris Karloff, Peter Lorre y Jack Nicholson. La serie culmina con La tumba de Ligeia (1965), pero es la sexta película la que merece más atención. Se trata de La máscara de la muerte roja (1964), la favorita del propio Price y un evidente homenaje a El séptimo sello, de Igmar Bergman. Es la historia de varios nobles decadentes que se encierran en un castillo para evitar una peste, pero su actitud de “sálvese quien pueda”, sus crímenes ysus invocaciones a Satanás los convierten en condenados a muerte que caen mientras bailan un vals ominoso.

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