Tras convertirse el viernes en uno de los puntos más altos del Quilmes Rock Festival, los mexicanos Café Tacuba se llevaron otro gran recuerdo el sábado en El Teatro: allí, frente a un auditorio repleto, el grupo desplegó su costado más rockero, sin descuidar la solidez de su música ni los colores latinoamericanos que la hicieron de culto en la Argentina, y aprovechó para presentar temas de su último disco junto a una larga lista de viejos hits. Durante casi dos horas, el lugar fue ganado por la explosiva combinación del sonido festivo y tribal del grupo que lidera Elfego Buendía, quien demostró que la actitud escénica, el despliegue físico y el histrionismo hacen la diferencia a la hora de poner a bailar a la tribuna.
“Qué chido recibimiento”, agradeció Buendía cuando recién habían sonado los primeros dos temas y ya se veía venir la fiesta, impulsada por canciones como “No controles”, “Ingrata”, “Las flores”, “Ojalá que llueva café” (dedicada “al pueblo boliviano”) y “La chica banda”. Lo que hubo, al cabo, fue un diálogo fluido entre un público que ya conoce a la banda y una banda que ya conoce a los porteños. Cerca de las doce de la noche, después de tres bises, la pista se fue desalojando junto con la platea vip, de donde se vio salir a un inmutable Charly García, que apenas frenó ante un fanático que le gritó “gracias, Charly”.