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Espectáculos|Jueves, 4 de marzo de 2004
JUAN CASTRO SIGUE EN COMA, LOS MEDICOS SOLO ESPERAN UN MILAGRO

La hipótesis, intento de suicidio

El conductor permanece muy crítico, con funciones cerebrales mínimas y en estado de inconciencia. En la investigación judicial, todo lleva a la idea de que se tiró por propia voluntad. Había sangre en el departamento. Un misterioso llamado previo a la caída.

Por Horacio Cecchi
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Un testigo dice haberlo visto cuando Castro se disponía a tirarse: “Flaco, no te tirés”, le dijo.
A última hora de anoche, Juan Castro continuaba casi sin aliento en su dramática lucha, sólo atado a un respirador artificial y a lo que la ciencia médica ya definía como “un milagro”. Ayer, durante todo el día, el Hospital Fernández fue escenario de una extensa visita de personalidades del espectáculo y la política: entre otros, de la titular de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto; el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, y el gerente de programación de Canal 13, Adrián Suar. El estado de salud de Castro continuaba definido por los médicos como “muy crítico, con funciones cerebrales mínimas y en estado de inconciencia”. Anoche no tenía respuesta “a la terapéutica clínica quirúrgica”. Sobre el hecho, los elementos con que cuenta la Justicia empujan a la hipótesis de la tentativa de suicidio: según revelaron fuentes de la investigación a Página/12, en el departamento de Castro había sangre en el inodoro, las sábanas y el piso, de lo que se desprende la idea de una hemorragia interna. Según los investigadores, el conductor habría recibido una mala noticia. Sobre una mesa hallaron también los resultados de unos estudios médicos que Castro se había realizado pocos días antes.
La hipótesis de tentativa de suicidio con que calificó el hecho la fiscal Estela Andrades de Segura está sostenida a partir de las declaraciones de un testigo clave y de una serie de pruebas recogidas dentro del departamento del primer piso de El Salvador 4753, en el barrio de Palermo. El testigo es un hombre que alcanzó a ver cuando Castro se disponía a arrojarse por la ventana interna de su departamento. El hombre declaró haberle gritado: “Flaco, no te tirés”. Castro cayó pesadamente a un patio interior, desde una altura de algo más de 7 metros y golpeó primero con sus pies.
Según fuentes médicas, tenía destrozados los dos pies. Al golpear contra el piso, las piernas aparentemente se vencieron hacia la iz- quierda y le provocaron la fractura expuesta de la tibia izquierda. En fracciones de milésimas de segundo, el cuerpo sin soporte golpeó pesadamente de ese mismo lado, especialmente el cráneo, lo que le produjo el severo traumatismo que deja a Castro al borde de la muerte.
La fiscal deduce que el conductor se encontraba solo en su departamento por el testimonio citado, ya que Castro por sí solo se arrojó por la ventana. Además, la puerta se encontraba cerrada con llaves por el lado interior. Cuando con orden judicial pudieron ingresar, los policías de la comisaría 25ª hallaron el departamento con algún desorden, no el suficiente para imaginar una pelea pero sí indicios de que Castro, en un ataque de furia, había golpeado o pateado algún mueble.
Pero otro detalle llamó la atención de los investigadores. Una fuente del caso reveló a Página/12 que se encontraron algunos rastros de sangre en el piso, que las sábanas estaban manchadas y que dentro del inodoro había abundante sangre. Los expertos supusieron de inmediato una hemorragia interna. Sobre una mesa también hallaron un informe de un estudio médico que el conductor se había realizado hacía pocos días, cuyos resultados son guardados celosamente por la fiscal Segura.
También hallaron una cantidad “muy importante –subrayó un investigador– de cocaína, psicotrópicos y mezclas, por toda la casa”.
Según confió el investigador, todos esos elementos, más el testimonio de quien intentara evitar que se arrojara por la ventana, fundamentaron la hipótesis de que Castro recibió “una muy mala noticia, desesperado consumió alguna mezcla muy fuerte, y fuera de sí se arrojó”.
Una versión señalaba que la fiscal había ordenado investigar una supuesta llamada telefónica recibida minutos antes de que Castro decidiera arrojarse al vacío, pero la versión no pudo ser confirmada.
Entretanto, en el segundo piso del Hospital Fernández, ayer el conductor televisivo se mantenía en un estado tan crítico que obligó a los médicos a informar que habían hecho todo lo posible y que la vida de Castro dependía de un milagro. A las 20, el parte médico fue más que escéptico: “El paciente continúa en condición crítica, tiene pronóstico reservado y se registra falta de respuesta a la terapéutica aplicada”. Durante el mediodía, la directora del Fernández, Liliana Voto, sostuvo que “se está trabajando contra reloj para mantener las condiciones vitales estables. No hay otro tipo de intervención quirúrgica prevista. No podemos hacer futurología para nada, pero la situación es muy grave. Tiene el cerebro muy pero muy dañado por el golpe tremendo que sufrió”.
Durante la tarde, cantidad de personalidades pasaron por el hospital: Estela Carlotto, quien destacó la ayuda que dio Castro a la lucha por los derechos humanos; Aníbal Ibarra, quien se mostró consternado aunque eludió las cámaras; Adrián Suar, que calificó la situación como “espantosa”, sus compañeros de Kaos en la ciudad, Ronnie Arias, Martín Cicioli, y otros amigos y personas de su círculo más estrecho.

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