El cineasta estadounidense Bob Rafelson, director de films como Mi vida es mi vida, recibió un homenaje en la muestra marplatense, habló de sus experiencias con la droga y repasó aspectos de su carrera, en parte ligada a su amistad con Jack Nicholson. Acostumbrado a moverse en el cine independiente, Rafelson, de 71 años, comentó durante una clase magistral, frente a una numerosa audiencia, que “el cine de estudios no es para mi tipo de personalidad, porque necesito tiempo para discutir cosas e incluso para ser caprichoso”. El director sostuvo que “hacer cine independiente implica una vida de incertidumbre. No me molesta vivir con eso si puedo tener a cambio la oportunidad de hacer las cosas que se me antojan”, admitió Rafelson, un aventurero que viajó por el mundo y hoy vive aislado en una zona montañosa de Aspen, en Colorado. El cineasta contó que conoció a Nicholson cuando aún era un don nadie, en una sala under de Los Angeles, donde ambos festejaban las escenas saltando y gritando en medio de la función. “Lo más difícil era que alguno de nosotros dos tenía que prestar atención al rodaje mientras el otro tomaba las drogas. A veces se producían peleas violentas respecto de quién debía tomar las píldoras y quién tenía que hacer el trabajo más aburrido, la realización del film.”