En el principio fue el dulce morbo de numerar los mejores cuerpos, los torsos bronceados, los rasgos armónicos de los actores de la temporada en listas sólo aptas para calentar o dar envidia. Eso se acabó. De pronto la obsesión por los rankings produjo un cambio de rumbo hacia el lugar menos pensado: ahora E! Entertainment regala a toda hora esos rankings desviados, algo perversos, que jerarquizan las 101 operaciones fallidas, los 101 divorcios más ruidosos, las 101 transformaciones “para peor” y persecuciones con final trágico allí mismo donde hace un tiempo sólo cabían desfiles con sonrisas, rubias siliconadas, paliduchos de 1,80 y piropos en la alfombra roja.
El nuevo E!, en 2005, es otra cosa: el flamante canal descarnado dedica la mitad de su programación a listar desgracias y una gran parte del resto de las horas a perseguir a las estrellas con flashazos directo a los ojos y empujones de parte del gordo E. J. Woody, paparazzo estrella del sádico Celebrities uncensored. Lo nuevo de E! inaugura un espectador adulto, morboso, harto de leer y ver el éxito como cholulo, ansioso por conocer muertes y caídas en Historias verdaderas y asesinatos o reclusiones en Misterios y escándalos. De la vieja guardia sólo sobrevivió el delito y el fracaso. Hasta Brad Pitt se mudó del ranking de 101 hombres más sexies... al de peleas escandalosas o el de engordes llamativos (post La nueva gran estafa). El E! Entertainment que comandan E. J. Woody y sus socios hasta empieza a mirar con ganas el Sur, tan prolífico en caídas y frustraciones. Ya vinieron a quedarse con las historias de Juan Castro, de Rodrigo y ahora también de un Sandro “intoxicado de nicotina”. La regla básica del nuevo manual de estilo es sencilla: de carne somos.