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Espectáculos|Viernes, 13 de mayo de 2005
FISH SE PRESENTA ESTA NOCHE EN EL GRAN REX

“Estaba podrido de que me compararan con Genesis”

El músico escocés, solista desde hace 17 años, arrastra la leyenda de Marillion, banda emblemática del rock progresivo. Dice que aquí su público “conoce mucho y es muy exigente”.

Por Cristian Vitale
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Fish tuvo éxito en los ’80 y hoy mantiene un público fiel.
“El peor momento de Marillion fue en 1988.” Con su habitual sentido de la ironía, Derek William Dick –más conocido como Fish– focaliza la decadencia del grupo que lo disparó al mundo en el mismo momento de su ida. Después de la edición del quinto disco (Clutching at Straws, 1987), este frontman pelado, carismático y voluminoso –lo separan del piso casi dos metros– notó cierto aburguesamiento musical en sus ex compañeros y decidió abandonar el grupo clave del neo-rock progresivo que floreció en los ’80. Atrás quedaban verdaderas gemas del género como Jissaw o Punch and Judy, y, por delante, un camino solitario que se llevaría el mejor legado. “Me fui de Marillion porque estaba podrido de las entrevistas, de que me compararan siempre con Genesis”, sintetiza ante Página/12, en un inglés cerrado, desde un teléfono ubicado en algún lugar de Inglaterra. Transcurrieron 17 años de aquella escisión y a Fish le sobra paño para justificar haberse ido a tiempo: 11 discos como solista (un par de ellos, Raingods with Zippos o Fellini Days, maravillosos) lo ubican en un lugar de privilegio como continuador del rock progresivo, tan vapuleado por estos tiempos. “La gente ya no me compara más con Peter Gabriel, nadie me habla de Genesis y hago lo que quiero. ¿Qué más puedo pedir?”, sostiene este escocés nacido hace 46 años en Edimburgo.
Fish llega nuevamente al país –toca hoy en el Gran Rex– con dos excusas: por un lado conmemorar los 20 años de la edición de Misplaced Childhood, aquella obra maestra de la banda nacida en Aylesbury que le imprimió nuevos bríos al rock sinfónico, dotándolo de piezas musicales encantadoras y un par de “hits aptos para todo público” como Lavender y Kayleigh, y por otro, presentar su último disco solista –Fields of Crows– editado hace no más de nueve meses. “Para mí es una gran satisfacción visitar otra vez Argentina. Cuando vine hace unos tres años la pasé muy bien, porque noté claramente que el género tiene muchos seguidores aquí. La gente conoce mucho, sabe de mi obra y por lo tanto es exigente. La Argentina es un lindo desafío para mí”, reconoce el hombre, cuyo apodo proviene de una secuencia de su adolescencia. Cuenta la historia que su baby sitter lo dejaba bañar una vez por semana y entonces el pequeño Derek pasaba horas en la bañera rodeado de dulces, cervezas, cigarros y libros. “Me encantaba pasar horas en la bañera y también mirar películas sobre la guerra de Vietnam en televisión. Eran mis pasiones”, dice, apuntando a uno de los temas recurrentes –junto a las historias de borrachos, el desprecio por los ejecutivos de la industria de la música o el cine italiano– que nutren sus bellas y desgarradoras historias cantadas.
La cita, con entradas que oscilan entre 30 y 80 pesos, es a las 22 horas y la banda telonera es The End, combo autóctono que recrea clásicos de Pink Floyd. “No puedo hablar mucho del rock en la Argentina, porque lo desconozco –admite Fish– pero vamos bien porque yo amo a Pink Floyd, los admiro desde siempre. En mi tercer disco –Songs from the Mirror, 1993– hago una versión de Fearless, una de las canciones de ellos que más me atrapa.” La banda que acompaña a Fish en la actualidad está integrada por John Tonks en batería, Tony Turrel en teclados, Steve Vantsis en bajo, Andy Trill y Frank Usher en guitarra, todos músicos jóvenes que nunca tocaron en Marillion. Sin embargo, para Derek “interpretan muy bien los clásicos de la banda, algo que por supuesto no voy a dejar de hacer en el recital”. Sobre el devenir de Marillion luego de su ida, el hombre se explaya poco. Dice que se desentendió de ellos y ningunea sin retaceos al cantante que lo reemplazó, Steve Hogarth. “Prefiero no opinar sobre él, significa muy poco.”

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