Espectáculos|Miércoles, 24 de julio de 2002

Por Emanuel Respighi

En una era televisiva signada por programas cuyos protagonistas no son profesionales sino gente común y corriente –como los talk shows o realities– o “estrellas” de consumo rápido en mesas de chimentos, hasta los ciclos de preguntas y respuestas se reciclan de acuerdo a las preferencias y gustos de la época. Tal es el caso de “Pulsaciones”, el programa de entretenimientos que comienza hoy a las 23 por Canal 13. Sin conductor ni estudio tradicional, el programa combina elementos de los programas de entretenimientos con rasgos propios del reality: cada participante se encuentra aislado en un living, las preguntas son realizadas por una voz en off y el tiempo para contestar no está fijado de antemano por la producción, sino que depende del ritmo cardíaco de quien responde.
Producido por P&P Endemol (responsable de “Gran Hermano”, “Kaos en la ciudad”, “Venite con Georgina” y “Versus”, entre otros), “Pulsaciones” marca el estreno mundial de un formato de origen holandés que le da una nueva vuelta de tuerca al género. Porque para la TV del siglo XXI, el grado de conocimiento general de los concursantes ya no es lo único que vale, la virtud que se premia, sino que la estabilidad emocional de los participantes también cuenta. A simple vista, el formato de “Pulsaciones” es bastante simple: los participantes deben contestar preguntas de cultura general, cada una de las cuales tiene estipulada un premio en dinero que crece a medida que se superan las rondas. El premio mayor es de 250 mil pesos, que se efectivizan una vez que el concursante haya contestado correctamente diez preguntas. En caso de fallar en alguna ronda, el participante queda eliminado.
La novedad reside en que el período de tiempo con el que cuentan los concursantes para contestar a esas preguntas no es siempre el mismo: está ligado a la cantidad de latidos del corazón. Calculando que en condiciones normales el corazón late 80 veces por minuto en un hombre y 90 en una mujer, la producción dispuso que cada ronda tendrá un tiempo de respuesta de 320 pulsaciones para el sexo masculino y 360 para el femenino. De esta manera, al aumentar la tensión, el corazón incrementa su ritmo, el tiempo comienza a correr más rápido y el plazo para responder es cada vez más breve. Para que el sistema funcione, cada participante tiene conectado a su cuerpo una serie de electrodos que miden los latidos de su corazón.
La peculiar forma de tomar el tiempo del concursante encerrado en una “gran caja” –tal como llaman los productores a un living de estilo moderno en el que el participante puede moverse con total libertad– se propone aumentar la tensión de los jugadores y del público, ya que de esta forma el tiempo de respuesta varía según cada pregunta, momento y participante. Además, el participante contará con tres líneas telefónicas (dos salientes y una entrante) mediante las cuales podrá solicitar la ayuda de algún amigo o familiar. Pero el participante sólo podrá llamar a la misma persona una vez por ronda, aunque la persona del exterior puede llamarlo al estudio.
Pero la tensión, elemento principal de atracción, está manejada de tal forma en “Pulsaciones” que la voz en off tiene la facultad de ordenar al participante a que arriesgue una respuesta, aun cuando el tiempo no haya expirado. En caso de que no responda correctamente, tiene la opción de corregir su decisión en el tiempo que aún tenga. Como una forma de apaciguar los nervios, el concursante tiene la posibilidad de pedir un descanso de 30 segundos en cualquier momento, con el objetivo de relajarse. Eso sí: ni siquiera en esos segundos se apagarán las cámaras.

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