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Espectáculos|Jueves, 25 de julio de 2002

Diego Viotto, de Mendoza a la CNN

Un periodista argentino conduce el primer programa con nombre propio de la señal en español, que busca regionalizar su pantalla.

Por Patricia Chaina
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Viotto tiene dos programas diarios, a las 17 y a las 19.30.
La CNN en Español festeja sus cinco años de vida con un decidido camino hacia la regionalización de su pantalla. En ese marco, el periodista mendocino Diego Viotto se convirtió en el primer presentador argentino con programa de nombre propio en la filial hispanoparlante de CNN. El programa se llama “Encuentros con Daniel Viotto” –va todos los días a las 17– y se dedica a las noticias, aunque sin el vértigo de un noticiero formal y utilizando el formato de entrevistas. “La idea es reflexionar sobre lo que nos está pasando”, explica. Viotto también conduce “Directo desde los Estados Unidos”, otro programa diario (a las 19.30) que pone el foco en noticias de Estados Unidos que puedan interesar a los hispanoparlantes. “Tanto en Latinoamérica como en la comunidad hispana, que suma en Estados Unidos unos 30 millones de personas”, detalla el periodista, que cuenta con una trayectoria reconocida en CNN a partir de la cobertura de noticias en conflictos internacionales como el bombardeo de la OTAN a Kosovo, la liberación de Pinochet y el retorno del pequeño Elián González a Cuba. Hace once años, “cuando la cosa estaba muy mal en Argentina, aunque no mucho más que ahora”, Viotto decidió el viaje a La Meca de la industria televisiva porque “hacía varios años que me había recibido y era un desocupado, apenas sobrevivía”. Ya trabajaba en Los Angeles, en Telemundo, cuando se armó CNN en español y se abrió para él una nueva oportunidad en una marca célebre.
–¿Cómo recibió la propuesta de conducir estos programas, que marcan una nueva etapa en la programación de la señal?
–Con entusiasmo, claro. Por ser en vivo, el ciclo de entrevistas es diferente. Dialogamos con invitados buscando que el televidente reflexione sobre lo que estamos diciendo. No queremos bombardearlo con información, si no que le sirva para su vida diaria. Por una cuestión de tiempo, es imposible hacer un noticiero de media hora que condense todo lo que pasó en el mundo en ese día. Con “Directo desde Estados Unidos” intentamos unir el público en Latinoamérica con el público latino en EE.UU. a través de temas que tengan un común denominador: la economía y sus tendencias, las decisiones políticas, la ecología o la salud.
–¿Cuál era su visión de los noticieros en la Argentina cuando decidió irse, y cómo ve ahora el tratamiento de noticias?
–Cuando me vine estábamos tomándole el gusto a la democracia, pero advertía que cierto periodismo perdía el rumbo para beneficiarse en sus negocios. Hoy veo dos opciones: están los medios que hicieron de ese negocio con los sectores de poder su práctica periodística. Porque salimos de las dictaduras militares para entrar en las de la corrupción. Pero aquellos que se mantienen firmes en los principios de la libertad de información están haciendo un trabajo que hay veces que me asombra.
–¿Qué valores, según su opinión, sostienen la perdurabilidad de CNN?
–Credibilidad y capacidad de cobertura. Los televidentes saben que el noticiero es lo más objetivo posible. Esa credibilidad, más allá de lo mucho que se pueda discutir, es muy alta y la defendemos. Por eso, cuando en un conflicto hay dos bandos, como en medio Oriente, y los dos reclaman que emitimos cosas que no quieren mostrar o ver, significa que vamos por el camino correcto, fieles a nuestro compromiso de objetividad. La capacidad tecnológica de estar en lugares clave y poder llevar noticias de último momento antes que otras estaciones hace el resto.
–¿Cuáles de las coberturas de alto impacto que realizó lo marcaron más allá del trabajo periodístico, y de qué manera?
–Ninguna se compara a la del 11 de septiembre. Todas tienen su carga periodística y emocional, pero esas nueve horas en vivo van a ser inolvidables. Como persona común y silvestre, después de ese día me quedó la sensación de que en cualquier momento me puede pasar cualquier cosa. La sensación de seguridad se desmoronó, y este país se transformó en un lugar vulnerable. Los estadounidenses no estaban acostumbrados a eso. Pero uno es periodista, estamos preparados mentalmente para eso, y para más.

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