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Espectáculos|Jueves, 26 de diciembre de 2002
AL FINAL, ALTERNABA LOCUACIDAD CON HONDOS SILENCIOS

“Estaba un poco harta de lo que veía”

Los familiares, amigos, allegados y admiradores coincidieron en expresar su dolor y consternación por la muerte de Tita Merello, mientras recordaban anécdotas que pintan tanto su grandeza de espíritu como el patetismo de sus días finales. El autor Ben Molar, quien solía acompañarla en sus paseos por la zona cercana a la Fundación, afirmó que ella quedará en la memoria popular más por sus películas que por sus canciones, pero siempre tendrá el status de una grande. Molar dijo que en las últimas semanas Merello “estaba por un momento con una memoria y una lucidez asombrosas, en que contaba cosas de 1950 y 1960”, para luego caer en grandes pozos depresivos que parecían anticipar el final. “En esta última semana me repetía insistentemente ‘me voy, me voy. No quiero vivir’”. Molar contó que, cuando estaba mal, “quizás equivocadamente, me decía que la habían olvidado. Yo le respondía: ¿cómo podes decir eso si acabo de tomar un taxi y el chofer me pidió que no me olvidara de darte un beso de parte suya”. También recordó que Merello hacía constantes “donaciones a iglesias y hospitales. Yo me enteré porque las llevaba”.
Eduardo Dosisto, titular de la Asociación Amigos de la Avenida Corrientes, reveló que la actriz pidió antes de morir que las ofrendas florales se transformasen en donaciones para la Fundación Favaloro”. La actriz Rita Terranova contó que no había trabajado con ella, pero que tuvo la posibilidad de estar cerca suyo por su trabajo gremial. “Realicé una gestión desde la obra social de actores para que fuera atendida en esta institución y tuvimos cierta relación”, contó. “Como todos los grandes tuvo muchas imitadores, pero ninguno alcanzó la grandeza, el talento y la fuerza que ella tenía. Era popular, alguien que representaba lo argentino, con una garra impresionante y con mucha verdad y autenticidad”, dijo. El animador cultural Eduardo Bergara Leumann consideró que “seguramente al final se habrá querido ir, ya que estaba un poco harta de lo que veía”. El creador del exitoso programa “La Botica del Tango” recordó que con Tita “siempre nos peleábamos, con ese humor increíble que tenía” y la calificó como una “gran actriz, en su momento, y luego, para siempre, un gran mito argentino”.
El empresario Julio Mahárbiz dijo que la había visitado por última vez el sábado. “Estaba muy caída y ya no comía. Eso es algo que se venía dando desde hace tiempo. Hay que tener en cuenta su edad avanzada, aunque se mantenía lúcida y sabía cómo estaba”, contó. “La conoci en la década del ‘60. Le hice los primeros reportajes, después tuvimos una temporada teatral con Mariano Mores y Los Chalchaleros, y le produje el último disco que grabó con Héctor Varela. Fue una relación afectiva de muchos años”, acotó. “Fue una de esas figuras que aparecen de tanto en tanto y que son irrepetibles como Hugo del Carril, Astor Piazzolla y Atahualpa Yupanqui. Fue la actriz dramática más importante que dio el cine local. Decía el tango como no lo dijo nadie”, aseguró.

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