En una sociedad pacata que no admitía la homosexualidad ni la ambigüedad y que viró de la caricatura del marica a la expansión ilimitada del modelo homosexual, hay una conquista no tan reciente, pero cada vez más extendida: la imagen de un hombre que puede cuidar un bebé, animarse a llorar, asumir una corresponsabilidad en la crianza. Por contrapartida, también aparecen figuras de un proceso novedoso: se observa una mayor explicitación de la fobia masculina frente a la mujer, que se manifiesta en el temor a la sexualidad, en la práctica tardía y en un desfasaje respecto de la iniciación de las mujeres. La marca del varón actual, en la TV pero también en la sociedad, es la dificultad de vincularse con una mujer equiparada al hombre, ya no relegada a un rol fijo de ama de casa ni atenta a la sexualidad masculina. La mujer empieza a instalarse en un lugar de sostén de la familia, demanda una sexualidad más plena... Y el hombre, ante el cambio, puede retirarse, tener miedo, y hasta expresar un temor al rendimiento.
* Psicoanalista.
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