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La ventana|Miércoles, 12 de junio de 2013
medios y comunicación

Formación en comunicación

Marcos Muñoz advierte sobre la necesidad de actualizar los planes de estudio de las carreras de comunicación en las universidades públicas a la luz de las enseñanzas que surgen de la actual situación política y social.

Por Marcos Muñoz *

Que la historia sea letra viva. La historia del periodismo en Argentina, en el presente, expresa la posibilidad de que puedan ser rescatadas experiencias y prácticas de aquellos actores vinculados con esta compleja actividad. Del análisis de la realidad surgen en distintos ámbitos, como los académicos, o en la superficie de los temas que aborda la prensa, o en algunas definiciones o aproximaciones de definiciones de dirigentes políticos y de referentes culturales, reflexiones sobre el devenir de la historia en Argentina y de cómo estamos hoy en relación con otras épocas. Se habla, se escribe, vemos y vivimos cómo nuestra propia cosmovisión de mundo y nuestros propios quehaceres se han modificado. Se seguirán modificando.

Pero, ¿qué hacemos nosotros con esa realidad? ¿Qué hacemos con nuestra práctica social? ¿Y qué hacemos con ese conocimiento social producto de la práctica?

Analizar la dinámica empresarial y sus intervenciones en el debate público de cada época, investigar los diferentes períodos por los que atravesó el periodismo en Argentina, en América latina y en otros espacios geopolíticos, tener presente el accionar de los gobiernos nacionales, provinciales y municipales, revisar los pactos internacionales que intervengan en la cuestión, leer y releer teorías de aquellas disciplinas que puedan aportar elementos a este tema y rescatar herramientas que sirvan a un mejor entendimiento sobre las actuales tensiones políticas, económicas y culturales que conlleva la lucha permanente de aquel sector que busca la aplicabilidad de la ley de medios de la democracia como de aquel otro sector que prefiere la concentración de los medios, y que la prefiere en manos exclusivas de privados por sobre el Estado y las organizaciones sociales.

¿Es posible no sentirse interpelado en este escenario político? Puedo pensar en dos figuras a modo de ejemplo: ser televidentes de este presente con un pasado y con un futuro o ser un sujeto presente en el análisis del pasado, con una intencionalidad de estructurar otro futuro.

Desde las carreras vinculadas con la comunicación, docentes, graduados y estudiantes tienen la posibilidad de ser parte de un debate que arroje nuevas miradas y análisis que signifiquen aportar mayor claridad a un tema denso, complejo y estructurador de un futuro político institucional que se tensiona en un presente ávido de madurar y hacer un futuro más plural y que aporte mayor grado de desarrollo para todos los interesados en una comunicación pensada para y por una democracia más equitativa. Este contexto debe servir de fuente para observar con mucho detenimiento ¿qué está pasando con los planes de estudio de las carreras de comunicación en las universidades nacionales y qué perfil de graduado se está construyendo? ¿Es viable la revisión de los planes de estudio?

Los conocimientos sociales acumulados durante décadas, la capacidad de análisis y de reflexión en torno de esa compleja manifestación de vivencias políticas (subjetividades) más esos hechos reales a los que muchas veces nos empecinamos en decir que son objetivos, están allí, a nuestro alcance para ser amasados, reconstruidos y puestos a disposición para construir algo mejor.

Este planteo deja abierta esa posibilidad de conversar con los actuales docentes y directores de carrera de comunicación para consultarles qué opinan por el actual perfil de los graduados y los planes de estudios de las carreras vinculadas con la comunicación. Por ejemplo, ¿el plan de estudio de una carrera de comunicación de los ’80, de los ’90 hasta llegar a la actualidad es lo mismo? ¿Podemos dejar de lado, olvidarlos, no prestarles atención a todos los acontecimientos sociales y políticos vividos en Argentina y el mundo, más los enormes e impactantes desarrollos tecnológicos que se siguen dando? Entonces, ¿qué perfil de graduados buscamos? ¿Qué más podemos hacer por una ciudadanía que se muestra cada vez más curiosa sobre una realidad multifacética y apasionante en términos políticos? Lo empírico puede ser el mejor escenario o, ciertamente, es el escenario que tenemos, para poder revisar qué tipo de formación brindan las universidades y su vinculación con dinámicas históricas tan vivas, tan reales, con un presente que nos impulsa a seguir creyendo en términos de proyectos políticos con voluntad social. Un presente histórico que es mucho más que el aquí y el ahora del momento televisivo diario.

* Licenciado en Comunicación Social, UNCuyo. Secretario de Extensión de la Facultad de Humanidades de la UNComahue y coordinador del Nodo Comahue.

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