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Ronald Post tiene 53 años y en 1983 asesinó al empleado de un hotel en el norte de Ohio. Por ese crimen, fue condenado a la pena de muerte y después de treinta años en la cárcel, durante los cuales pudo postergar la inyección letal, pidió ahora que su ejecución sea retrasada porque pesa 218 kilos y en la prisión, donde tienen que aplicarle el veneno, no hay una camilla capaz de sostenerlo. En otro Estado, en California, se reunieron las firmas necesarias y en las próximas elecciones habrá un referéndum para abolir la pena de muerte.
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