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Arctic Sunrise, el barco de Greenpeace, navegaba en septiembre de 2013 bajo bandera holandesa hacia una plataforma de la empresa rusa Gazprom en una acción contra la explotación petrolera en el Artico. Las autoridades de ese país reprimieron la protesta, incautaron el buque y detuvieron a sus tripulantes, entre ellos dos argentinos. El barco estuvo bloqueado un año. Ayer, la Corte Permanente de Arbitraje, con sede en La Haya, sentenció que Rusia debe indemnizar a Holanda por los daños y perjuicios sufridos tanto por el Arctic Sunrise como por la tripulación.
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