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Psicología|Jueves, 22 de julio de 2010

“Una paz y un placer”

Por L. K.

Ivonne Bordelois, en su libro Un triángulo crucial: Borges, Güiraldes y Lugones, cuenta la historia de los virajes afectivos, políticos e intelectuales, a veces desgarrantes, entre estos tres nombres mayores de las letras argentinas. Señala, exhumando valiosos documentos inéditos, los avatares de las admiraciones y traiciones, de poesía y de relaciones de dominio entre Borges y una figura fraterna: Eduardo Güiraldes, hermano mayor-paterno. A su vez, Leopoldo Lugones actúa como sustituto de la figura paterna. A esta terna se añadirá para Borges la relación con Adolfo Bioy Casares, el hermano menor filial. Bordelois sostiene que la gran pasión en la literatura argentina no es el amor, sino la amistad. Y que en la vida y obra de Borges, en su formación como escritor, la amistad ha tenido una gravitación singular.

En su Autobiografía –producto de una entrevista realizada en 1970, cuando tenía 71 años–, Borges testimonia el papel relevante que ha ejercido la amistad en su vida y en su obra: “Ya he dicho que pasé gran parte de mi infancia sin salir de mi casa. Al no tener amigos, mi hermana Norah y yo inventábamos dos compañeros imaginarios a los que llamábamos, no sé por qué, Quilos y El Molino de Viento. Cuando finalmente nos aburrieron, le dijimos a nuestra madre que se habían muerto”. Dice en otro capítulo: “Los amigos están todavía muy presentes y muy próximos. De hecho son una parte indispensable de mi vida. Creo que la amistad es la pasión que salva a los argentinos”. Y concluye la Autobiografía con estas palabras: “Supongo que ya he escrito mis mejores libros. Eso me da una cierta satisfacción y tranquilidad. Sin embargo, no creo que lo haya escrito todo. De algún modo, la juventud me resulta más cercana que cuando era joven. Ya no considero inalcanzable la felicidad como sucedía hace tiempo. Ahora sé que puede ocurrir en cualquier momento, pero nunca hay que buscarla. En cuanto al fracaso y la fama, me parecen irrelevantes y no me preocupan. Lo que quiero ahora es la paz y el placer del pensamiento y de la amistad. Y, aunque parezca demasiado ambicioso, la sensación de amar y ser amado”.

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