M. Bydlowski (La transparence psychique de la femme enceinte, en Psychiatrie périnatale, de Mazet y Lebovici) describió el embarazo en términos de “transparencia psíquica”: como un estado de susceptibilidad donde los fragmentos del inconsciente vienen a la conciencia y conducen a la movilización de recuerdos que habían permanecido ocultos durante mucho tiempo. Molenat (El bebé tiene la palabra: aproximaciones a la psicología perinatal, Seminario Internacional, Facultad de Psicología, UBA, 1999) habla de la “fluidez” del inconsciente en entrevistas a embarazadas.
Según Bydlowski, las condiciones que rodean al trabajo en una maternidad son excepcionales para el psicoanálisis: ese ambiente debe generar un estado en el cual las embarazadas, cuidadas y atendidas, establecen una confianza que permite una alianza terapéutica con el equipo de enfermeras, parteras, obstétricas. Al ocuparse del cuerpo, generan en transferencia una envoltura psíquica que protege a la futura madre y a su bebé en gestación.
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