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Psicología|Jueves, 20 de enero de 2005

“Hay una cisura entre mente y cerebro”

Por A. L.

La importancia de Sigmund Freud para los estudios sobre la afasia, hoy en día, es darnos la clave para entender que hay una correlación entre lo sano y lo patológico –señaló Hugo Buckingham, profesor en la Universidad del Estado de Louisiana, quien participó en las VIII Jornadas de Afasiología en Buenos Aires–. A partir de esa continuidad, Freud estudió los deslices o actos fallidos en sanos. En 1891 escribió La afasia, donde observó que, en cuanto a las correlaciones entre lo normal y lo patológico, era preciso estudiar la función mental. Vio que muchos pacientes afásicos cometían errores del mismo orden que los deslices lingüísticos que todo ser humano comete alguna vez. Es decir que se trataba de un problema netamente mental, del orden de lo psicológico y lo lingüístico, y no fisiológico. Freud empezó a pensar que, si bien las afasias se originan en daños cerebrales, hay que estudiar los trastornos en la función del lenguaje y esta función se ubica en el nivel mental, en términos de la psicología o la lingüística, no de la neuroanatomía.”
“La diferencia entre los errores de los afásicos y los de los sanos es cuantitativa y no cualitativa, así lo planteó Freud y sigue siendo válido. Siempre hubo una cisura entre la mente y el cerebro, y todavía la hay. Eso no se quita”, advirtió Buckingham.

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