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Sociedad|Viernes, 28 de marzo de 2008
UN BONAERENSE BAJO SOSPECHA Y CALMA CHICHA EN SANTA TERESITA

Cuatro detenidos y dos ADN

Un policía, su hermana y un hombre con antecedentes se agregaron al turista preso. El bonaerense robó el celular de Mara de la comisaría y se lo dio a su hermana, quien le cambió el chip. En la autopsia detectaron dos ADN. Diez detenidos por los disturbios.

Por Horacio Cecchi
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La comisaría, epicentro del estallido de la gente, que temía que se liberara al sospechoso.

Desde hace cuatro días, Santa Teresita es una ciudad ajena a sí misma. Una chica violada y asesinada, la comisaría hecha jirones, cuatro policías heridos, vecinos de-satados, diez detenidos por los disturbios, cuatro detenidos por el crimen, entre ellos un policía, la fiscalía trabajando a pleno, los investigadores levantando huellas, el poder político intentando calmar los ánimos y, para colmo, la mirada de todo el país puesta sobre las escasas cuadras que van desde la 41 hasta la 32, desde la playa y los médanos donde apareció el cuerpo de Mara, un par de cuadras hacia arriba.

El caso, en sí, y según lo que hay hasta el momento, es casi un modelo de investigación y resoluciones rápidas. En apenas un día, la fiscalía de Diego Zapiola ya tenía un detenido sospechado por el crimen. Dos días después los detenidos ya eran cuatro, entre ellos un policía y su hermana.

Detenciones que, en términos históricos, no significan nada. El miedo y el recuerdo del caso de Natalia Melmann, en febrero de 2001 en Miramar, agitaban fantasmas entre los vecinos y también entre las jerarquías. Será difícil que desde el poder político lo admitan, pero alcanza con que se diga que “nunca se actuó tan rápido como esta vez”, como lo reconoció ayer una voz local a este diario.

Desde la versión oficial, un cúmulo de desencuentros y alguna intencionalidad política transformaron a Santa Teresita en un hervidero. Como ya informó este diario, la primera detención se produjo el mismo lunes en que se descubrió el cuerpo, después de que la recepcionista del hotel donde se hospedaba el turista llamara a la policía por una singular amenaza que le habría realizado el hombre después de una discusión: “Si llamás (a la policía) vas a quedar como la piba que dejé tirada”. Pero la denunciante recién tuvo dimensión de la amenaza cuando tomó difusión el hallazgo del cuerpo de Mara. Entonces llamó a la policía, que acudió al hotel San Remo y se llevó al turista con sus valijas.

Tenía rasguños y heridas que podían ser resultado de los intentos de defensa de Mara. Pero no era suficiente. “Para retenerlo hasta que surgieran pruebas se le levantó una contravención por su ebriedad y la pelea que desató en el hotel”, señaló un investigador. Pero la contravención no daba demasiado tiempo para mantenerlo en la comisaría.

Siguiendo la versión oficial, las complicaciones se fueron sumando, porque la autopsia fue postergada para el día siguiente. El fiscal y la policía debieron correr contra reloj.

“Se filtró que se vencía el plazo y alguien empezó a desparramar que lo iban a liberar”, confió la misma fuente. Resultado: la gente empezó a intranquilizarse. Un grupo de vecinos marchó el miércoles por la mañana a la comisaría a preguntar e interiorizarse si era cierto lo de la liberación. Para colmo, había trascendido que el demorado había amenazado con que “no saben con quién se están metiendo, mi hermano es el secretario privado de Scioli”. “Pura fabulación. El hermano es un empleado cualquiera en la oficina de prensa de la gobernación”, agregó la fuente, con la intención de desautorizar al fabulador, aunque no se aclaró qué hubiera pasado si hubiera sido verdad.

Por la tarde, un grupo de jóvenes empezó a arrojar piedras “con otras intenciones –aseguraron en la intendencia–. Los vecinos quedaron muy calientes con esos muchachos”.

Ya se dijo que la comisaría quedó destrozada, que cuatro policías sufrieron heridas. Los incidentes dejaron diez detenidos, la mayor parte menores de 18 años. Ayer estaban siendo retirados por sus padres.

A todo esto, al primer demorado se le sumaron otros tres. Uno es un bonaerense de Mar del Tuyú, cuya hermana tenía el celular de la chica, al que le había cambiado el chip. La policía detectó la señal, llegó a la casa, detuvo a la mujer y ésta apuntó a su hermano. Se sospecha que el policía robó el móvil de la comisaría, aunque no se descarta todavía que hubiera participado en el crimen. Ambos quedaron detenidos.

Se sumó un cuarto sospechoso, con antecedentes penales, pero cuya vinculación al caso todavía está demasiado difusa. “Si es por los antecedentes tenemos que detener a la cuarta parte de la ciudad”, aseguró un investigador.

La autopsia del cuerpo de Mara se realizó en la Asesoría Pericial de La Plata, con una perito enviada por la procuradora de la Suprema Corte, María del Carmen Falbo quien, además, ordenó que los detenidos permanezcan como tales hasta que las pruebas descarten su participación. Habrá que ver si la demora se mantiene dentro de los límites lógicos de la presunción de inocencia. Por el momento, se confirmó que la chica fue violada y que se detectaron dos tipos de ADN, aunque no necesariamente los dos correspondan a la violación. “La chica tenía un noviecito que fue descartado como sospechoso”, agregó el investigador. También se analizan los rastros de piel que puedan haber quedado entre sus uñas.

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